Cambio climático
Los incendios forestales extremos se duplican en los últimos 20 años
Los expertos avisan de la necesidad de adaptarse al clima que viene de la mano de estos fenómenos
La frecuencia y magnitud de los incendios forestales extremos parecen haberse duplicado en los últimos 20 años, y lo que es más grave: los seis años más extremos se han registrado desde 2017, según un estudio publicado hoy en la revista 'Nature Ecology & Evolution'.
Estos incendios, al margen de provocar la pérdida de vidas humanas, propiedades, ganado, vida silvestre y hábitat, también causan pérdidas de miles de millones de euros. Además, la contaminación atmosférica asociada a estos eventos ha causado miles de muertes adicionales en todo el mundo, especialmente en las zonas más afectadas. El Neártico, la región terrestre que comprende Groenlandia, Alaska, Canadá, Estados Unidos y la Meseta Central mexicana, así como Australasia/Oceanía fueron las regiones donde estos eventos extremos se dieron con mayor medida.
El estudio concluye que el aumento de la frecuencia y magnitud de los incendios extremos pone de manifiesto la necesidad de adaptarse a un clima propicio a estos fenómenos.
Los científicos analizan los datos
Para Eduardo Rojas Briales, de la Universidad Politécnica de Valencia, exdecano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes y presidente de PEFC-International, aunque el estudio muestra calidad científica, se basa solo en información satelital y no tiene en cuenta otros factores relevantes, como la gestión forestal aplicada en cada zona o la densidad de población. En el sureste de Australia, por ejemplo, según apunta Rojas, los grandes incendios no solo están relacionados con el cambio climático, sino también con el abandono de las prácticas de incendios frecuentes, como son las quemas controladas que practicaban los pueblos aborígenes.
"En el caso del Mediterráneo europeo/norte la virulencia de los fuegos se debe sin duda a la exacerbación del cambio climático, pero no menos al abandono rural, al emboscamiento activo (repoblación) y pasivo (invasión espontánea) y a la política de extinción sistemática de todos los incendios", explica Rojas en declaraciones al Science Media Centre (SMC) de España, que recoge EFE.
Cristina Santín Nuño, investigadora del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (CSIC-Universidad de Oviedo-Principado de Asturias), el estudio corrobora que el problema de los incendios se está agravando en muchas regiones del mundo: "El problema no es que haya más o menos fuego en el mundo, sino que los incendios se están concentrando en algunas regiones y son cada vez más grandes e intensos. Esto aumenta su peligrosidad tanto para la sociedad como para el medio ambiente", advierte en declaraciones al SMC. Para Nuño, otro aspecto clave es que "el tipo de incendio al que nos enfrentamos está cambiando. Es importante que como sociedad seamos conscientes de esto y sepamos cómo actuar. No saber hacerlo, no prepararnos para ello, nos puede costar mucho: vidas humanas, desastres medioambientales y grandes pérdidas económicas", concluye.
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