
Confort y salud
Jordí Martí, arquitecto técnico: Mitos y realidades sobre la ventilación del hogar en días lluviosos
Cómo mantener un ambiente saludable en tu casa y controlar la humedad en invierno

Tras una ducha caliente en invierno, el baño se llena de vapor y la humedad relativa dentro de la vivienda puede aumentar de forma significativa.
Aunque abrir las ventanas parezca arriesgado en días de lluvia, los expertos aseguran que la ventilación sigue siendo fundamental para mantener un hogar saludable.
Humedad relativa vs. humedad absoluta
Es común asumir que si la humedad relativa está al 100% tanto dentro como fuera, ventilar no tendría efecto. Sin embargo, el aire frío no puede retener tanto vapor de agua como el aire caliente.
Esto significa que, aunque el aire exterior esté saturado de humedad, su cantidad real de vapor de agua es menor que la del aire caliente dentro de la casa.
Al abrir la ventana, el aire exterior entra y se calienta, disminuyendo su humedad relativa y permitiendo que el ambiente interior se seque.
La temperatura como factor determinante
El problema no es la lluvia, es la temperatura, esta afirmación subraya que la eficacia de la ventilación depende más del contraste térmico entre el aire exterior e interior que de la presencia de lluvia. Por ello, la percepción de que el aire húmedo de la calle solo enfriará y saturará la vivienda es un mito.
Beneficios de mantener un rango adecuado de humedad
Mantener la humedad relativa interior entre el 40% y el 60% es importante para la salud y el confort. Una humedad excesiva puede favorecer la aparición de condensación, moho y proliferación de ácaros del polvo, afectando la respiración y el bienestar general.
Por el contrario, ventilar regularmente ayuda a equilibrar la humedad, mejora la calidad del aire y reduce los riesgos asociados a la humedad elevada.
Consejos prácticos para ventilar en invierno
- Abrir las ventanas durante períodos cortos pero frecuentes para renovar el aire sin perder demasiado calor.
- Priorizar la ventilación tras duchas, cocinado o cualquier actividad que genere vapor.
- Comprobar la temperatura exterior, aunque llueva, el aire frío contiene menos vapor de agua que el aire caliente de la vivienda, lo que facilita la reducción de la humedad relativa interior.
- Usar extractores de baño o cocinas para complementar la ventilación y evitar la acumulación de vapor.
Además de la ventilación, controlar la humedad en invierno puede complementarse con otras estrategias. Por ejemplo, mantener los radiadores encendidos a baja temperatura ayuda a reducir la condensación en ventanas y paredes, mientras que el uso de deshumidificadores portátiles puede ser efectivo en estancias especialmente húmedas.
También es recomendable colocar cortinas o persianas que minimicen la pérdida de calor al abrir ventanas y evitar secar ropa dentro de casa, ya que esto incrementa significativamente la humedad interior.
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