Sucesos

La mujer del concejal asesinado sospechó pronto del marido de su prima Katia

Los perros del Instituto Armado marcaron «varios puntos» en el coche del autor material del crimen.

Los agentes de la Guardia Civil registraron ayer la casa del detenido en Belmonte de Pría, situada a cien metros de la casa de su víctima
Los agentes de la Guardia Civil registraron ayer la casa del detenido en Belmonte de Pría, situada a cien metros de la casa de su víctimalarazon

Los perros del Instituto Armado marcaron «varios puntos» en el coche del autor material del crimen.

Nuria Blanco, la mujer del concejal de IU asesinado en Llanes el 16 de agosto, sospechó muy pronto del marido de su prima Katia, Pedro Nieva, que finalmente sería el autor intelectual del crimen de Javier Ardines. Así se lo hizo saber a la Guardia Civil, según fuentes cercanas al caso, a pesar de que el día de los hechos él estaba en su casa de Amorebieta y tenía coartada. Ocurrió cuando la investigación estaba en una fase muy incipiente y los agentes se entrevistaban con todo su entorno familiar, político y pescador, ya que el concejal se ganaba la vida en el mar desde hacía 25 años a bordo del «Bramadoria». Las dos parejas (Katia-Pedro y Javier-Nuria) eran íntimas. Además de familia (los padres de Katia y Nuria son hermanos) casi todos sus planes de ocio los organizaban de forma conjunta: senderismo por los montes del Oriente asturiano, cenas familiares o salir a fiestas «de prao», como habían hecho tantas veces en San Juanón, las fiestas del pueblo que se celebran en julio. Por eso a Nuria le llamó la atención lo separada o poco cariñosa que estuvo la pareja cuando mataron a su marido y explicó el distanciamiento que había notado desde hacía un tiempo. A la pareja de Vizcaya, dicen sus amigos, no se la vio más en todo el verano y dejaron de hablar por el grupo de WhatsApp que tiene la cuadrilla de Nueva, el pueblo de origen de las primas y con quienes alternaban las dos parejas. Precisamente hace poco que Katia había vuelto a manifestarse en ese grupo, lo que sorprendió a muchos.

Sin embargo, era un secreto a voces la «gran bronca» que mantuvieron Nuria y Katia a principios del verano, hacia junio. Fuentes del círculo de amigas sostienen que Nuria habría descubierto la historia sentimental que habrían tenido el concejal y su prima y ambas discutieron por ello. Se desconoce, no obstante, si el detalle de la pelea entre primas fue puesto en conocimiento de los agentes tras el crimen.

Aunque la sospecha de Nuria sobre su primo de Amorebieta pudo poner sobre la pista a los investigadores, el trabajo que han realizado para esclarecer el crimen ha sido laborioso. No podía descartarse ningún otro móvil y había que recabar pruebas contra los autores. En la escena del crimen y en el cuerpo sin vida del concejal pudieron recoger ADN de los autores materiales, huellas de sus pies y del vehículo usado para llegar al lugar. Los agentes también trabajaron con la información que dan los repetidores del posicionamiento de teléfonos móviles, aunque como eran días de fiesta en Llanes había más saturación de la habitual y el trabajo se multiplicó. También se visualizaron cámaras cercanas. Todo esto fue estrechando el círculo hasta los autores materiales y el vehículo empleado para llegar y huir: un Citroën gris que ayer fue analizado durante horas por los perros de la Guardia Civil, Marley y Athor (que recientemente han ayudado a resolver el crimen de Laura Luelmo en Huelva o de Romina Celeste en Lanzarote). La tarde anterior fueron al camino de Pría, donde encontraron el cuerpo de Ardines para marcar puntos. Ayer, los canes marcaron varios puntos (donde ha podido haber restos biológicos del concejal) en el Citroën propiedad de uno de los dos autores materiales, un argelino detenido en Bilbao. El vehículo, custodiado en el cuartel de Llanes, es más complicado de rastrear que una vivienda por el uso que se hace de la tapicería y porque es más habitual lavarlo, según los expertos. Aun así, podrían detectar rastros de Ardines o del objeto contundente con el que le golpearon y que no habría aparecido. Los perros también han rastreado el Audi negro de Pedro Nieva, custodiado en las mismas dependencias. Según ha podido saber este diario, el concejal advirtió a sus conocidos no solo de la existencia de unas vallas los días anteriores a su muerte (que fueron la excusa para obligarlo a bajar de la furgoneta y matarlo) sino de la presencia por los alrededores de su casa de «gente extraña, no de Llanes». Podría tratarse de los argelinos que finalmente le dieron muerte por encargo, ya que estuvieron preparando el crimen días antes bajo las instrucciones de Pedro. Podrían existir incluso cruce de llamadas entre ellos complicados de explicar ahora. El autor material, no obstante, tiene también antecedentes por peleas y lesiones y sí se trataba de una persona violenta y celosa, aunque sus amigos de Nueva hablan de él como un tipo «más bien introvertido, que hablaba bajo y siempre pagaba».