Asturias

La nueva vida de un perro policía de explosivos

Xaxo es un agente jubilado que enseña y aprende muchas cosas de su compañero en casa

Poco a poco, Whisky y Xaxo se entendieron y se convirtieron en grandes compañeros
Poco a poco, Whisky y Xaxo se entendieron y se convirtieron en grandes compañeroslarazon

Xaxo es un agente jubilado que enseña y aprende muchas cosas de su compañero en casa

Todo comenzó un 2 de agosto, cuando María se enamoró de un pastor alemán de nueve años jubilado de la Policía. «Yo no quería perros, pero lo ví y dije: me lo quedo», señala la dueña de Xaxo. Ese amor a primera vista hizo que la chica cambiara sus planes de futuro y volviera a buscar al nuevo miembro de la familia, a por el que sería «su lobito» al recinto de la Policía.

Lo hizo acompañada de Whisky, su «peluche», como ella lo llama, un mestizo de las razas Podenco y Husky, con siete años, a quien adoptó de El Refugio. Como primer contacto entre ambos canes eligió un largo paseo en un nuevo lugar para ellos. Posteriormente fueron a casa. Al principio la convivencia era extraña, en el coche «era raro» se miraban sentados, pero se respetaban, y en la casa en la que vivían (de la madre de María) era Whisky quien mandaba, «era su territorio». Éste al principio estaba celoso del nuevo inquilinopero, aunque le costo un poco, enseguida acepto la llegada de Xaxo.

En la primera temporada de convivencia, estos canes vivieron juntos. Xaxo seguía a su dueña y olisqueaba todo, no dormia por vigilar la casa y se asustaba con los espejos; Whisky se apoderaba de las dos camas perrunas y, de vez en cuando, le ladraba. Poco después, Xaxo sufrió una torsión de estómago y gracias a su dueña y a la rapidez de los veterinarios, le salvaron. «No le llegaron a operar, sólo le sacaron el gas y pudo recuperarse», confirma la propietaria. En cada visita de la dueña, Whisky le acompañaba al veterinario, pero «él sólo entraba, le daba un beso y se salía corriendo a la puerta. Odia los veterinarios», dice María. De vuelta a casa todo cambió. Los canes convivían juntos todo el día pero dormían separados, por lo que Xaxo entendió que su territorio era la nueva casa de su dueña y, por lo tanto, también el coche. «Ahora Xaxo va tumbado y Whisky en una esquina», aunque «la casa de mis padres sigue siendo territorio de Whisky y es él quien manda».

Por otra parte, el perro ex-policia ya había olvidado su antigua vida y había aprendido de su compañero a olisquear cuando hay comida cerca, a buscar en todos los rincones y a querer los cariños de su dueña. «Al principio no se dejaba acariciar, pero ahora pide las caricias de los buenos días». Lo más divertido para él, eran los juguetes, «nunca los había visto, por ello le volvían loco». El «peluche de la casa», Whisky, también aprendió muchas cosas del ex-agente perruno. Por ejemplo, a compartir, a obedecer, a relacionarse con otros perros e incluso a morder los mordedores como un perro policía profesional. «Saxo estaba acostumbrado a compartir y relacionarse, vivía con más perros, pero Whisky tenía todo para él».

En las salidas a la calle, ambos hicieron manada y cuando algún perro ladraba a alguno de ellos, el otro siempre salía a protegerle. «El macarra de la manada es Whisky, siempre ladra, Xaxo nunca lo hace ya que en su vida anterior trabajaba en la búsqueda de explosivos», especifica la dueña.

Pronto, Xaxo se convirtió en el «lobito» de su ama. Ella programaba sus vacaciones para poder disfrutar con su can. «Un día estabamos en una playa de Asturias y Xaxo tomaba el sol, era muy reacio al agua pero yo sin darme cuenta me hice la muerta, e inmediatamente fue a buscarme y hasta que no me dejo en la orilla y vió que estaba bien no me soltó», fue un momento impresionante relata la mujer. Esta historia constata cómo siempre queda algo de la labor desarrollada por un perro policía jubilado. «Antes de coger a Xaxo tenía mucho miedo porque es un perro con un carácter especial, ya que estos perros, al fin y al cabo, tienen un concepto de vida es distinto».

Actualmente, la dueña de estos dos canes quiere dar las gracias a Isabel Monteagudo, policía nacional, porque «gracias a ella y a su página de Facebook, «Perros policía jubilados» conocí a “mi lobito’’ y estoy viviendo una experiencia increible». Monteagudo es la encargada de la búsqueda de familias para estos canes y corrobora que estos perros «ven las dos caras de la vida, por ello luego no quieren volver a su antigua vida de trabajo y rapidamente se integran en la familia. Además, rejuvenecen y recuperan más vitalidad por la tranquilidad y los cuidados personalizados».

Según los testimonios de sus adoptantes, «son unos perros muy agradecidos y es una vivencia increíble». Por ello, Monteagudo afirma que envidia la buena relación que tienen estos canes con sus dueños.

Esta perrita es un pastor alemán negro azabache que perteneció al Ejército durante 10 años. A día de hoy, ya está jubilada. Por esta razón, Laki necesita un nuevo hogar. El único requisito que pone este can es que en su nuevo entorno no vivan gatos. «La ex soldado Laki, aunque tenga baja movilidad, es muy cariñosa, pero odia a los gatos», señala Isabel Montiagudo, miembro de la Policia Nacional. La perrita estuvo enferma, pero la Policía y el guía no estuvieron de acuerdo en sacrificarla porque Laki «está muy fuerte de ánimo». Además cuenta con una silla de ruedas a medida que le han donado para hacer más fácil su vida.

Para obtener más datos para la adopción diríjase al email: perrospoliciajubilados@gmail.com.