Lenguaje

Lingua latina viva: el regreso del latín

Radio Vaticano emitirá un boletín en latín dado el interés creciente que despierta, aseguran sus responsables. Pero ese auge no solo se percibe en la Santa Sede. En Roma crecen las academias para aprender a recitar los textos de Ovidio y Horacio.

Boceto para el poblado de la serie «Romulus», la primera de la historia de la televisión rodada íntegramente en latín arcaico
Boceto para el poblado de la serie «Romulus», la primera de la historia de la televisión rodada íntegramente en latín arcaicolarazon

Radio Vaticano emitirá un boletín en latín dado el interés creciente que despierta, aseguran sus responsables. Pero ese auge no solo se percibe en la Santa Sede. En Roma crecen las academias para aprender a recitar los textos de Ovidio y Horacio.

Si algún día conectan con Radio Vaticano y escuchan que el boletín informativo se emite en latín, no piensen que no consiguen sintonizar la emisora. Hoy se estrena la llamada «Hebdomada Papae» (La semana del Papa), el primer programa en directo en el que seguir la actualidad del Vaticano en el idioma en el que hablaban los primeros cristianos de la Antigua Roma. Por el momento, este breve repaso en latín tendrá solo una periodicidad semanal. Aunque se podrá escuchar también en podcast, a través de la página web de Vatican News, el medio de comunicación oficial del Vaticano. «Será un verdadero informativo radiofónico, con servicios y noticias. No lo hemos pensado como una mirada nostálgica al pasado, sino como un reto hacia el futuro», señala Andrea Tornielli, jefe editorial del Dicasterio para la Comunicación. Aún así, no está previsto que la radio del Vaticano tenga un departamento exclusivo en latín, que aumentaría aún más una estructura en la que se emite en más de una treintena de lenguas.

El programa será editado por Alessandro de Carolis, un periodista con amplia trayectoria en Radio Vaticano, y presentado por Fabio Colagrande, otro de los reporteros del servicio italiano de la emisora. Pero en su elaboración también participa la Oficina de Letras Latinas, un organismo dependiente de la Secretaría de Estado vaticana que se encarga de preservar el buen uso del latín en la Santa Sede. «Probablemente somos pocos en el mundo los que continuamos usando latín para hablar, ya sea en expresiones tradicionales o conceptos que tienen que ver con la vida actual», lamenta monseñor Waldemar Turek, responsable de dicho ente.

Los guiones serán escritos por alguno de los siete latinistas que trabajan en este departamento, que actualmente dedican la mayor parte de su tiempo a traducir documentos oficiales vaticanos al latín. Sin embargo, en un empleo conectado con un idioma de hace miles de años también hay espacio para el lenguaje del siglo XXI. La Oficina de las Letras Latinas se encarga de tuitear algunos de los mensajes del Papa. O mejor dicho, de emitir «breviloquia» (composición corta), que es como transcribieron la palabra «tuit» –también traducida por nosotros mismos, por cierto–, con los que llegan a casi un millón de personas en esta red social.

Idioma oficial

El latín es el idioma oficial de la Iglesia católica y todavía se escuchan algunas expresiones durante las misas. Nada que ver con tiempo atrás, cuando las homilías se oficiaban íntegramente en latín con el sacerdote de espaldas a los feligreses, una arcaica costumbre defendida hoy solo por algunos sectores ultraconservadores. Sin embargo, en un mundo en rápida transformación, el interés por lo ancestral no permanece únicamente, sino que a veces se convierte incluso en moda. «Desde hace un tiempo observamos interés por el latín escrito y hablado», añade monseñor Turek, para quien el programa radiofónico será una gran oportunidad para expandir una lengua que continúa viva. Desde hace una década se instituyó a las afueras de Roma la Academia Vivarium Novum, dedicada al estudio de las lenguas clásicas. Ya sea durante el curso académico o en lecciones comprimidas durante el verano, cientos de estudiantes pueden aprender en versión original los textos de Ovidio y Horacio. El instituto fue pionero, pero su experiencia ha tenido tanto éxito que en los últimos años se han multiplicado por el territorio italiano las pequeñas academias de latín o griego en las que únicamente se habla en estas lenguas.

Pero si nos referimos a tendencias, nada como lo último que ha llegado al cine. Este año se estrenó «Il primo re» (el primer rey), una película que cuenta la historia de Rómulo y Remo de la mano de Alessandro Borghi, el actor de moda en Italia. Borghi tuvo que aprender algunas frases en latín arcaico para interpretar su papel, porque ese es el único idioma que los espectadores escucharon en las salas.

La arriesgada apuesta del director italiano Matteo Rovere se convirtió en un éxito de taquilla gracias sobre todo al tirón del protagonista y a una historia heroica, que suele enganchar bien con el gran público. Y fruto de este éxito, el filme tendrá continuidad en la pequeña pantalla con «Romulus», una extensión en diez capítulos de «Il primo re» . Será la primera serie que se emita íntegramente en latín. Y ni siquiera en latín clásico, comprensible para unos pocos estudiosos, sino en la versión primitiva que utilizaban los fundadores de Roma. En España, Mediaset ya ha comprado sus derechos. Si ponen la televisión y escuchan a unos bárbaros hablar en una lengua irreconocible, tampoco piensen que se ha perdido la señal. Es la nueva moda... si los dobladores lo permiten.

«En España se sacrifica en pos de la técnica»

La extinción del latín y el griego de las escuelas españolas ha levantado en pie de guerra a la comunidad educativa. Hace unos meses, unos 300 profesores se concentraron a las puertas del Congreso para demandar a la ministra de Educación, Isabel Celáa, que frene la extinción de estas disciplinas que consideran fundamentales en la formación de los jóvenes. Según los últimos datos disponibles, solo 3.000 alumnos estudian griego y unos 30.000 latín. «La escuela actual tiende a sacrificar la enseñanza de saberes humanísticos, que sienta las bases intelectuales de una persona libre, en aras de la técnica y de la resolución de innumerables e insignificantes cuestiones prácticas», denuncia por su parte Manuel Crespo, profesor de Literatura latina y cristiana hispánica de la Universidad de San Dámaso. En este centro actualmente hay 267 alumnos matriculados en este idioma y Crespo percibe un interés creciente: «Eso es ya un paso. Pero, ¿realmente se siente la necesidad de volver a nuestras raíces, a la «humanitas»? ¿Quién es capaz hoy de afirmar lo que decía Terencio, autor de comedias del siglo II a.C., “soy un ser humano y nada de lo humano me es ajeno”?». Por ello, Crespo cree que es más necesario que nunca reivindicar su enseñanza.