Desapariciones

Matemáticas para buscar desaparecidos

El uso de las matemáticas puede reducir el área de búsqueda de una persona desaparecida hasta en un 95%. El bombero especialista en estos casos trae a España la fórmula utilizada en países como EEUU, Canadá o Nueva Zelanda

José Vicente Romero, bombero de Navarra, explica los datos de los cuatro anillos de métodos que hay que cruzar para afinar el área de búsqueda
José Vicente Romero, bombero de Navarra, explica los datos de los cuatro anillos de métodos que hay que cruzar para afinar el área de búsquedalarazon

El uso de las matemáticaspuede reducir el área de búsqueda de una persona desaparecida hasta en un 95%. El bombero especialista en estos casos trae a España la fórmula utilizada en países como EEUU, Canadá o Nueva Zelanda.

¿A qué velocidad camina un niño de cuatro años? y ¿uno de siete? ¿Recorre la misma distancia una persona de más de 70 años que una más joven pero con demencia? Son estos y otros muchos datos los que se analizan en la búsqueda de desaparecidos. Hoy se celebra el Día de los Desaparecidos sin causa aparente. Sólo desde el año 2010 se han presentado 176.063 denuncias por este motivo. De ellas, siguen activas 12.330, según datos del Ministerio del Interior. Búsquedas a las que habría que sumar los miles de casos previos a esa fecha. Además, en muchos casos las personas fueron localizadas ya sin vida.

Pese a ello, «España sigue sin implantar en todo el país la metodología internacional utilizada en países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido o Nueva Zelanda», explica José Vicente Romero, bombero de Navarra y jefe de la sección de Navarra de SOS Desaparecidos.

Con el fin de incrementar la probabilidad de éxito, hace dos años y medio este experto y Manuel Jabalera, del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA), con la colaboración del escritor e investigador Robert J. Koester, empezaron a traducir manuales y analizar estadísticas para tratar de afinar lo máximo posible la búsqueda.

«Es necesario usar la estadística para tener una mayor probabilidad de hallar a un desaparecido con vida porque no hay suficiente personal para poder peinar todo. Con este método internacional–''Manual de Búsqueda y Salvamento Terrestre''–, podemos reducir el área de búsqueda hasta en un 90%, lo que permite incrementar la probabilidad de éxito», afirma.

El uso de matemáticas es básico. «Cuando desaparece una persona –prosigue– se combinan cuatro métodos cuyos datos hay que cruzar para afinar la búsqueda: el teórico, el estadístico, el subjetivo y el deductivo, por ese orden». El primero permite saber la zona probable de búsqueda, «teniendo en cuenta la velocidad por tiempo desde que esa desapareció con el fin de calcular la distancia recorrida. El problema es que se falla mucho en realizar este cálculo». Tras lo cual se procede al método estadístico con el fin de conseguir un radio de búsqueda menor. «Lo primero que se hace es investigar el entorno del desaparecido para tener un perfil exhaustivo de esa persona e intentar saber qué ha podido pasar. Asimismo, resulta esencial proteger el Punto de Planificación Inicial (PPI) por si no se tratase de una desaparición voluntaria y hubiera que investigar huellas.

«Esta estadística es la que permite conocer que con un 95% de probabilidad un niño de uno a tres años recorrerá 4,5 km de distancia horizontal en un entorno rural; que uno de tres a cinco caminará 21,4 km de radio en línea recta o que una persona con demencia se desplazará 8,3 km».

Se trata de «jugar» con las estadísticas, con resultados arrojados por miles de casos previos. Así, se puede detallar que, «con un 25% de probabilidad, la persona con demencia recorrerá 300 metros, con un 50% de probabilidad 800 metros y con un 75%: 1,9 km. A partir de estos datos, hay que analizar la distancia a batir, utilizar la estadística para tener mayores probabilidades de hallar a esa persona, decidir si trabajar con un 25% de probabilidad o 50% según las estadísticas (el tipo de persona según las 42 categorías)».

Romero precisa que también hay que parar ese avance, evitando que lleguen a acantilados, pasen por aduanas, etc. Además, se focalizan los corredores de desplazamiento porque estadísticamente el 50% de los desaparecidos se localiza en rutas, carreteras, arroyos, vías de tren. Se analiza a su vez las tareas de alta probabilidad, léase aquellos puntos de decisión de atracción por ejemplo en una persona que tenga un elevado riesgo de suicidio es muy frecuente que opte por ir a sitios muy visuales como un mirador. También se tienen en cuenta los puntos de decisión, aquellos cruces en los que la persona tendrá que tomar la decisión, sea voluntaria o no, de ir a un lado u otro». En este caso uno puede pensar que el hecho de ser zurdo o diestro puede cambiar la dirección, pero «las estadísticas nos dicen que la toma de una dirección u otra no es significativa».

Con el método subjetivo se van eliminando zonas donde es muy probable que no esté, por ejemplo que no haya podido pasar por haber un río profundo. «En este caso se analizaría el río por si estuviera allí pero no se irá más allá del río». Lo mismo que pasaría con una autopista. El siguiente método es el deductivo, juntar todo lo demás para limitar aún más el área de búsqueda. «Por ejemplo, denuncian que hace cinco horas ha desaparecido una persona con demencia, eso nos daría según el método teórico un radio de 20 km (un área de 1.256 km2), después se haría el resto de anillos. Así, según el método estadístico, el radio pasaría a ser de 8,3 km; es decir un área de 216 km2, así nos hemos quitado más de 1.000 km2».

Pese a los distintos cursos de formación dados al respecto, «en España todavía no se ha implantado este método internacional habitual en otros países Unido, por la barrera del idioma». No somos los únicos, «Chile se ha interesado por nuestro manual, que es de carácter gratuito, motivo por el cual han conseguido estadísticas que de otro modo no hubiera sido posible, permitiendo así unificar en un único manual, cientos de publicaciones internacionales».

«Es un trabajo de años, generoso y gratuito, que sólo tiene una condición que ese trabajo no se pueda cobrar», como destacó Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos. Todo con un objetivo, mejorar las búsquedas. Ahora bien, pese a todo lo que pueden ayudar las matemáticas siempre habrá casos que no se ajustarán a la casuística habitual.