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Día Mundial del Agua: El cambio climático amenaza el suministro

Convertir las ciudades en grandes esponjas, apostar por cultivos ecológicos y por soluciones naturales para la gestión hídrica es clave para la ONU. En 2025 las reservas de agua sólo cubrirán el 60% de las necesidades globales.

Día Mundial del Agua: El cambio climático amenaza el suministro
Día Mundial del Agua: El cambio climático amenaza el suministrolarazon

Convertir las ciudades en grandes esponjas, apostar por cultivos ecológicos y por soluciones naturales para la gestión hídrica es clave para la ONU. En 2025 las reservas de agua sólo cubrirán el 60% de las necesidades globales.

Como cada año la ONU recuerda en el Día Mundial del Agua la delicada situación de un recurso tan básico para la vida humana. Más de 2.000 millones de personas todavía no tienen acceso a una fuente segura para consumo. Por otro lado, la demanda de agua crecerá un 30% para 2050, cuando la población cuente con unos 2.000 millones de personas más. Todo esto en un contexto de cambio climático que reducirá las precipitaciones y la disponibilidad de agua.

De hecho, Naciones Unidas alerta de que para 2025, dos terceras partes de la población mundial se verán afectadas por la escasez de agua; las reservas a nivel mundial sólo servirán para cubrir el 60% de las necesidades. Por eso, el mensaje de la organización este año subraya la importancia de encontrar soluciones naturales para afrontar uno de los grandes retos del siglo XXI y asegurar que se cumplan los Objetivos del Desarrollos Sostenible, que en 2030 todos los seres humanos tengan acceso al agua.

La reforestación, la conexión de cuencas, la apuesta por una agricultura más conservacionista frente a una industrial y un mejor aprovechamiento y reciclaje del recurso son algunas de las claves del camino que se ha de seguir. «Las soluciones naturales pueden dar respuesta a muchos de los desafíos relacionados con el agua. Queda mucho por hacer para implantar las infraestructuras ecológicas y armonizarlas con las tradicionales allí donde sea posible. Plantar bosque o restaurar los humedales devolverá el equilibrio al ciclo del agua, además de mejorar la salud pública y los medios de vida», explica la ONU.

La propuesta china

En este contexto, las soluciones que se pongan en práctica en las ciudades cobran especial relevancia, ya que dos de cada tres personas vivirán en centros urbanos en 2050. Entre las buenas prácticas que se señalan como ejemplo de gestión se encuentra la propuesta china de ciudades esponja. Y es que las inundaciones afectarán en 2050 a un 20% de la población mundial. Por eso, las autoridades del gigante asiático han decidido transformar el 80% de sus urbes en grandes depósitos de lluvia de manera que hasta el 70% de este recurso pueda ser reutilizado y no se pierda y, además, se evite las inundaciones. Ahora mismo, 16 ciudades están empezando a instalar jardines en las azoteas y en los muros y a cambiar los asfaltos por suelos drenantes de manera que se capture el agua, se almacene y se reutilice.

En España se está probando algo parecido. A principios de marzo, se ha comenzado la instalación en Benicasim de un sistema urbano de drenaje sostenible, que no es otra cosa más que un material cerámico reciclado permeable para reducir la escorrentía de la gota fría. Se trata del proyecto «Life Cersuds», que cuenta con participación del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA); el Ayuntamiento de Benicassim, el Centro Cerámico di Bologna (CCB-Italia), entre otros. Gracias a este sistema, se quiere llegar a reducir el agua de escorrentía superficial casi en un 90% y reutilizarla para el riego, además de reducir la contaminación difusa y mejorar la calidad de las aguas.

«El proyecto plantea la posibilidad de utilizar el stock de baldosas cerámicas de bajo valor comercial, conformando adoquines cerámicos reciclados que por su alta permeabilidad al agua se pueden utilizar en los proyectos de urbanización del espacio público asociados a un sistema urbano de drenaje sostenible (SUD). Estos sistemas permiten la recuperación del comportamiento hidrológico del suelo previo a la urbanización y la eliminación de contaminantes: en torno a un 70% en hidrocarburos, más del 50% en fósforo, más del 65% en nitrógeno y más del 60% en metales pesados. Reduce también el CO2 y el efecto isla de calor», explica Enrique Fernández-Vivancos, arquitecto del proyecto «Life Cersuds».

«Las ciudades son las que más impacto sufrirán con el cambio climático, por eso es importante hacerlas resilientes para que resistan sequías o lluvias copiosas. De ahí surgen esos conceptos de sistemas de drenajes urbanos que tienen que ver con volver a lo que había antes», explica Rubén Ruiz, de la Dirección Estratégica de Operaciones de Suez España.

Un ejemplo del peligro al que se enfrentan los centros urbanos es Ciudad del Cabo. La capital legislativa de Suráfrica está en peligro de quedarse sin agua en el grifo. Una situación a la que se enfrentan sus cuatro millones de habitantes tras tres años de escasas precipitaciones. «Parece muy lejano, pero hace tan sólo dos meses ocurría en la península. Vigo, con una población de 300.000 habitantes, tenía agua para sólo 25 días. Las lluvias y nieves han alejado estos fantasmas, pero seguimos necesitando agua (los embalses se encuentras más o menos al 50% de su capacidad ahora mismo, pero el año anterior estaban al 59 y de media en los últimos año a estas alturas estaban al 70%). Además, con el cambio climático estamos notando que la disponibilidad de agua es menor y que las sequías son más frecuentes y severas. Es necesaria una planificación a medio largo plazo. Para garantizar el acceso de las ciudades al agua es necesario reutilizar las aguas residuales y no sólo para riego, también para consumo urbano», explica Ruiz.

Desde este año, el área metropolitana de Barcelona cuenta con un recurso hídrico más, el agua regenerada de la planta depuradora de El Prat de Llobregat. Un parte del caudal de agua tratada se volverá a poner en circulación a la altura de Molins de Rei para alimentar la red de suministro en el caso que los embalses que suministran agua a la ciudad (el Ter y este Llobregat) se encuentran al 25% de su capacidad. «Otro asunto importante es el de la red de distribución de agua por las ciudades. El rendimiento técnico actual sólo llega el 75% y nuestras canalizaciones tienen ya 30-40 años, mientras que la inversión anual en España para renovación y mantenimiento sólo alcanza un 0,9% del gasto total de la gestión», continúa Ruiz.

Reforestación

Fuera de las ciudades, el gran consumidor de agua es la agricultura. En países como Israel o Australia donde hace tiempo que se llegó al techo de consumo, porque ya no había más, se han planteado un cambio por cultivos más eficientes. Otro ejemplo de buenas prácticas es el de las presas de arena. Una solución aplicada en África, especialmente en Zimbabwe, que consiste en excavar paredes en los lechos de los ríos de manera que el agua se acumula tras estas presas naturales. Se alargan así los cultivos más allá de la época de lluvia. «La refosrestación del Rajasthan, India, tras la sequía de 1985-86 ayudó a que volvieran los suministros de agua en 1.000 aldeas del estado; cinco ríos que solían secarse después de la temporada monzónica anual comenzaron a fluir de nuevo; los niveles de agua subterránea aumentaron unos seis metros; la productividad de las tierras de cultivo aumentaron del 20% al 80% en la cuenca; la cubierta forestal, incluso en tierras de cultivo, ayuda a aumentar la capacidad de retención de agua del suelo un 33%», explican desde Naciones Unidas.