Mascotas

Yeray, a tres metros bajo tierra

El cachorro, de apenas tres meses, fue rescatado por un policía local de un contenedor subterráneo. Sus ladridos consiguieron alertar a los vecinos del municipio canario de Ingenio.

El perro ha recibido el mismo nombre que su salvador. Ahora espera a que una familia le adopte
El perro ha recibido el mismo nombre que su salvador. Ahora espera a que una familia le adoptelarazon

El cachorro, de apenas tres meses, fue rescatado por un policía local de un contenedor subterráneo. Sus ladridos consiguieron alertar a los vecinos del municipio canario de Ingenio.

Yeray es un cachorro que a sus apenas tres meses de vida ha sufrido una de las peores formas de maltrato posibles que puede experimentar un animal, el abandono.

El desamparo de mascotas ha llegado a los límites más denigrantes jamás imaginados en lo que vamos de año. La voz de alarma saltó en todo Ingenio la noche del martes cuando a las 21:00 horas los vecinos escucharon los quejidos de un animal en un contenedor de basura subterránea. Cinco minutos más tarde, los agentes del Cuerpo de la Policía Local se presentaron en el lugar en el que fueron denunciados los hechos. Destaparon, buscaron y hallaron. Allí estaba Yeray, a tres metros bajo tierra, entre basura, como si se tratase de otro escombro más.

«De entrada no se veía al animal» cuenta Yeray López, el policía que rescató al animal que lleva su mismo nombre en honor a su labor y con el que LA RAZÓN ha podido hablar. «Estaba asustado, hambriento y tenía garrapatas y parásitos», asegura el policía.

Nadie sabe cómo el perro pudo acabar ahí, pero «todo apunta a que alguien lo ha arrojado intencionadamente para deshacerse de él», afirma el agente grancanario.

Aunque por suerte no se había tenido que enfrentar a una situación parecida en otras ocasiones, la realidad es que cada año los animales sufren diversas formas de maltrato. Y por ello, colectivos comprometidos a acabar con esta acción despreciable no bajan la guardia y aportan su grano de arena con los medios que tienen. Es el caso de la Unidad de Protección y Bienestar Animal (Uproda) de la Policía Local de Ingenio, que puede presumir de ser un municipio concienciado con la lucha por el bienestar y la salud de los animales, a pesar del episodio excepcional vivido el pasado martes en el municipio grancanario.

El Cuerpo de profesionales de esta unidad, del que forma parte el policía que ha rescatado al pequeño Yeray, ejerce de Seprona a pequeña escala. A través de un sistema de denuncias anónimas intenta velar por la seguridad de los ciudadanos más vulnerables, los animales. «Yo no soy ningún héroe. Soy un empleado público que hace su labor lo mejor que puede», comenta Yeray en un intento de quitar mérito a su hazaña. «Los protagonistas aquí han sido el cachorro y la colaboración ciudadana», completa el agente.

El vídeo, que ha sido difundido en cuestión de horas por las redes sociales, muestra cómo varios vecinos ayudaron a rescatar al pequeño can que enseguida fue llevado a un veterinario para recibir la atención sanitaria requerida. Posteriormente, el animal fue trasladado al centro de tenencia temporal Ceta Ces, que se encuentra en el mismo municipio, el único en Canarias que practica el «sacrificio cero».

El agente ya ha visitado al can para asegurarse de que se encuentra en buen estado. Mientras tanto, hará todo lo que esté en su mano por dar con los responsables que le arrojaron a la basura abandonándolo a su suerte.

Sólo en el año pasado se registró el abandono de 137.000 animales domésticos, de los cuales más de 104.000 eran perros, según el estudio de Abandono y Adopción de Affinity. La mayoría de estos no tenían chip identificativo, eran de raza mestiza y fueron encontrados en la calle. Aunque por increíble que parezca, un 11 por ciento de los abandonados fueron llevados a protectoras por sus propios dueños.

Según estos datos, casi la mitad de ellos consiguen encontrar un nuevo hogar y son adoptados, aunque los cachorros siguen siendo la preferencia entre las familias que adoptan. Ahora es Yeray el que está en esta situación. En busca de una familia que quiera darle una segunda oportunidad y los cuidados que se merece.