Mascotas

Megan Maxwell: «Mis perros y mis gatas son de la familia»

A punto de publicar su nuevo LIBRO, «Yo soy Eric Zimmerman» (Planeta), nos desplazamos hasta la casa de una de las escritoras que más vende para conocer a su familia felina y canina.

Maxwell, junto a su chiguagua Pluffy, uno de sus tres gatos y Drako, su pastor alemán. Foto: Cipriano Pastrano
Maxwell, junto a su chiguagua Pluffy, uno de sus tres gatos y Drako, su pastor alemán. Foto: Cipriano Pastranolarazon

A punto de publicar su nuevo LIBRO, «Yo soy Eric Zimmerman» (Planeta), nos desplazamos hasta la casa de una de las escritoras que más vende para conocer a su familia felina y canina.

«Tengo dos perros y tres gatos», nos dice nada más traspasar el umbral. «Mi debilidad es Drako, un pastor alemán con el que paseo antes de sentarme al ordenador. Luego llegaron los demás: Pluffy, como el perro de una de mis protagonistas, es un chiguagua con mezcla al que llamamos en casa Chichucho; y tres gatas, Julieta, Peggy Sue y Cloe». Cada uno tiene una historia: «A los perros los adquirí, pero las gatitas llegaron de mano de mi cuñado que encontró a una, otra me la dio un amigo que tuvo una camada grande y la tercera estaba perdida en un polígono». Cree que es un mito aquello de que los escritores tengan debilidad solo por los gatos: «Rondan por el ordenador cuando escribo, pero luego desaparecen. En cambio, los perros son más interactivos. Pueden estar horas con su hocico en mis pies mientras yo tecleo».

Lo que está claro es que forman una familia animal: «Todos ponen orden, siempre respetando al pastor alemán, que fue el primero que llegó. Si metiera a un pato, lo aceptarían igual. Cuando operaron a Drako, las gatitas estuvieron como enfermeras cuidándole día y noche, sin moverse de su lado y lamiéndole». No son pocos los momentos especiales que disfruta con ellos: «Vemos pelis arremolinados en el sofá, duermen todos en mi cama... Sí, lo confieso, soy una dueña permisiva. Además, siempre procuro darles “chuches”, comprarles juguetitos, e incluso les hacemos tartas el día de sus cumpleaños». Eso sí, no olvida dejar la ropa fuera de su alcance: «Un día que tenía un fiesta y me había preparado un traje negro precioso, lo coloqué encima de la cama y se echó a perder de pelos de gato. No fueron los perros, sino las felinas. Incluso lo mordisquearon». Pero no se enfadó: «¡Qué le voy a hacer!».

Después de su libro «El proyecto de mi vida» (en el «top ten» de los más vendidos), está preparando para Planeta «Yo soy Eric Zimmerman», que saldrá en octubre. No le importa que piensen que la novela rosa o la «grey», como la llaman algunos, sea considerada un arte menor: «Saco tres novelas al año, trabajo como una bestia y hago felices a mis lectores». Cuando la página se le queda en blanco recurre a su «cuaderno de ideas» para desbloquearse: «Si mi Drako hablara, cantaría misa en si bemol... A él le lloro, le cuento mis penas, mis problemas. Nadie me entiende como él. Quien ama a un animal lo sabe». Su ejército de «guerreras y guerreros Maxwell» le mandan regalitos a sus animales y «si no hago un vídeo por Navidad o por cualquier fecha señalada con ellos, se preocupan. Somos una familia de guerreros y los quieren casi tanto como yo».