Psicología

Mel Robbins, experta en desarrollo personal: “Si tienes un hijo en sus 20, esto es lo que necesitas entender ya”

Muchos jóvenes hoy no están perdidos por falta de ambición, sino por exceso de presión. Comprender lo que viven en sus 20 puede marcar la diferencia entre exigir y acompañar

Mel Robbins, experta en desarrollo personal: “Si tienes un hijo en sus 20, esto es lo que necesitas entender ya”
Mel Robbins, experta en desarrollo personal: “Si tienes un hijo en sus 20, esto es lo que necesitas entender ya”Podcast de Mel Robbins

Sentirse perdido, paralizado o sin rumbo es más común de lo que parece entre quienes tienen veinte y tantos. Pero si estás del otro lado -como padre, madre, tío, jefa o simplemente adulto que acompaña a alguien en sus 20 años- es posible que no entiendas del todo por qué les cuesta tanto tomar decisiones o encontrar su lugar. Mel Robbins, experta en desarrollo personal, lo explica con claridad: "Lo que tú viviste a esa edad y lo que ellos enfrentan hoy son mundos radicalmente distintos".

¿Por qué los 20 son la década más difícil hoy?

Mel Robbins, experta en desarrollo personal: “Si tienes un hijo en sus 20, esto es lo que necesitas entender ya”
Mel Robbins, experta en desarrollo personal: “Si tienes un hijo en sus 20, esto es lo que necesitas entender ya”Unsplash

La conferencista internacional y autora bestseller, dedicó un episodio completo de su pódcast a desarmar este tema. En él, revela que según el estudio más largo sobre felicidad humana de Harvard, los 20 son la etapa más incierta y ansiosa de toda la vida adulta. La razón tiene un nombre: la gran dispersión.

Antes, la vida tenía una estructura compartida: colegio, universidad, amistades del barrio, horarios similares. Todo eso desaparece cuando empieza la adultez. "Tus amigos se mudan, se compromente, cambian de país... y tú te quedas mirando, creyendo que vas tarde", dice Robbins. Pero no es que tu hijo esté perdido. Es que, por primera vez, no hay un guion que seguir. Y eso descoloca.

La presión silenciosa que no ves (pero que ellos sienten)

La ansiedad de esta generación no viene solo de dentro, sino también de fuera. "Hoy tienen mil opciones frente a ellos, y eso bloquea", explica Robbins, haciendo referencia al fenómeno conocido como la paradoja de la elección. No es que no quieran decidir. Es que sienten que cada decisión puede arruinarles la vida.

A esto se suma la exposición constante a vidas ajenas en redes sociales. A diferencia de generaciones anteriores, los jóvenes de hoy saben en tiempo real qué están haciendo los demás: qué ropa compran, qué trabajo consiguieron, a qué país se mudaron. Todo eso hace que su propio presente parezca insuficiente.

Lo que necesitan no es presión, es comprensión

Mel Robbins, experta en desarrollo personal: “Si tienes un hijo en sus 20, esto es lo que necesitas entender ya”
Mel Robbins, experta en desarrollo personal: “Si tienes un hijo en sus 20, esto es lo que necesitas entender ya”Unsplash

"Cuando estás todo el día diciéndole a tu hijo ‘búscate un trabajo’, ‘deja de perder el tiempo’, ‘organiza tu vida’, lo único que logras es hacerlo sentir más solo y más incapaz", advierte Robbins. En lugar de empujar, propone acompañar: escuchar sin juzgar, compartir el episodio, y sobre todo, entender que estar perdido a los 20 no es señal de fracaso. Es señal de que están empezando.

Lo que realmente necesitan es espacio para equivocarse, para probar caminos, para cambiar de idea sin sentirse culpables. Porque, como bien dice Robbins, "no hay decisiones incorrectas si aprendes de ellas".

Cómo ayudarlos (de verdad)

Robbins propone dos ideas simples que puedes compartir con ellos:

  • La regla de los 5 segundos: cuando duden, que cuenten 5-4-3-2-1 y actúen.
  • Decir la frase mágica: ¿Y si todo sale bien?

Y si aún no saben por dónde empezar, que comiencen por lo más básico: su cuerpo. Cuidar su salud, comer mejor, hacer ejercicio, dormir bien. "No van a encontrar su propósito mañana, pero sí pueden fortalecer su autoestima hoy", dice Robbins. Porque cumplir con uno mismo, aunque sea media hora al día, cambia la narrativa interna.