La opinión de Juan José Omella

Un momento crucial

Los cardenales tenemos la gran responsabilidad de discernir e identificar cuáles son los desafíos que tiene la Iglesia católica para que se asemeje a la que anhela Jesucristo

Cardenal Juan José Omella
Cardenal Juan José OmellaGiorgio OnoratiAgencia EFE

Escribo desde Roma, donde hoy comienza el cónclave para escoger al nuevo Papa. A la luz del Espíritu Santo y teniendo en cuenta la misión evangelizadora que la Iglesia ha recibido de Jesucristo, los hermanos cardenales tenemos la responsabilidad de elegir al sucesor de san Pedro para que presida la sede episcopal de Roma.

Muchos de los cardenales electores asistimos por primera vez a este encuentro tan trascendental para el futuro de la Iglesia católica. Lo asumimos con plena confianza en la intercesión de Santa María, Madre de la Iglesia, y pidiendo a Jesús que nos conceda la gracia de ser dóciles al Espíritu Santo.

Este es un momento crucial para la Iglesia. Los medios de comunicación siguen con interés cómo se desarrollan estos días y no pueden evitar abordar el cónclave con una mirada política. El debate no es si debemos ser progresistas o conservadores, sino que el objetivo es ser profundamente fieles al Evangelio. Es el Evangelio el que nos marca el camino de vida como bautizados y como seguidores de Jesucristo. Por ello, como hacía Jesús, no podemos dejar de poner en el centro a las personas más vulnerables, a los que sufren, a los considerados menos importantes, a los pecadores. No podemos dejar de ser una Iglesia en salida, misionera y que se acerque a los alejados.

Los cardenales tenemos la gran responsabilidad de discernir e identificar cuáles son los desafíos que tiene la Iglesia católica para que se asemeje a la que anhela Jesucristo. Una Iglesia que es la gran familia de los hijos e hijas de Dios. Una familia donde cada hijo es diferente, pero amados todos por igual, con paciencia y ternura. Así es como debe ser la Iglesia: una casa abierta, donde reinen el amor, la comunión, la esperanza y la alegría. Una familia en la que cabemos todos, cada cual avanzando en su propio camino hacia la comunión plena con Dios.

Una Iglesia que es madre, que escucha y acoge a todos los que se le acercan y los acompaña hacia el encuentro con Jesucristo. Estos días de reunión con todos los cardenales del mundo están siendo un momento bellísimo, donde se evidencia la riqueza de la comunión en la diversidad de culturas y lenguas. Es una impresionante experiencia de escucha atenta y respetuosa entre unos y otros, que permite identificar al Espíritu que se revela en nuestra comunicación. Una escucha en la que el Papa Francisco ha querido instruirnos durante su Pontificado. Iniciaremos el cónclave pidiendo al Espíritu Santo que nos ilumine en la elección del sucesor de Pedro. Un Santo Padre que vele por la unidad de la Iglesia y que garantice la fidelidad al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia. Queridos hermanos y hermanas, os pido que recéis intensamente por todos nosotros para que el Señor nos haga capaces de escuchar la voz del Espíritu Santo y así podamos escoger al pastor que, en comunión con todos los obispos de la Iglesia, guíe al santo Pueblo de Dios en esta etapa de la historia de la salvación. No olvidemos nunca que el corazón de nuestra misión es llevar el amor de Cristo y su Palabra a cada rincón del mundo.

J. José Omella es cardenal arzobispo de Barcelona

*Mensaje a los fieles de la Archidiócesis de Barcelona con motivo del inicio del cónclave