La opinión de Marina Castaño

Natural versus artificial

Esta simbiosis no solo mejora nuestras capacidades y eficiencia, sino que también abre nuevas puertas para el progreso humano en un mundo en constante cambio

Marina Castaño
Marina Castaño

La relación entre la inteligencia natural, representada por la capacidad humana para razonar, aprender y adaptarse, y la inteligencia artificial, un campo en constante evolución que simula funciones cognitivas, es tanto compleja como enriquecedora. A medida que la IA se integra en múltiples aspectos de nuestras vidas, surgen motivos para que la inteligencia natural le exprese gratitud. La IA ha ampliado nuestras capacidades de procesamiento y análisis de datos. En ámbitos como la medicina permite a los profesionales diagnosticar enfermedades y personalizar tratamientos con una precisión sin precedentes.

Herramientas como algoritmos de aprendizaje automático analizan grandes volúmenes de información médica, identificando patrones que podrían pasar desapercibidos para el ojo humano. Gracias a esta colaboración, la salud y el bienestar de millones de personas se ven beneficiados. Asimismo contribuye a la eficiencia en diversos sectores. En la industria, automatiza procesos que antes requerían un alto grado de intervención humana. Esto no solo reduce costos y tiempos, sino que también libera a las personas de tareas repetitivas permitiendo que concentren su energía en actividades más creativas e innovadoras. Incluso la inteligencia artificial ofrece herramientas que potencian el aprendizaje. Esto facilita la adquisición de conocimientos y habilidades de manera más efectiva, brindando oportunidades a aquellos que, de otro modo, podrían enfrentar barreras en su educación. También nos ayuda a abordar problemas globales, desde el cambio climático hasta la gestión de recursos. Al modelar y predecir consecuencias, contribuye a la búsqueda de soluciones sostenibles que requieren la cooperación de todos.

Que no nos duelan prendas en asumir que la inteligencia natural tiene mucho que agradecer a la inteligencia artificial. Esta simbiosis no solo mejora nuestras capacidades y eficiencia, sino que también abre nuevas puertas para el progreso humano en un mundo en constante cambio, si bien, y dicho lo dicho, no podemos dejar de reconocer que la intervención del cerebro humano es irremplazable en trabajos creativos donde el alma de quien dibuja una palabra tras otra es fundamental para hacer sentir un pequeño latido en el alma de quien pone sus ojos sobre unas líneas desprendidas de los dedos de un ser humano.