Conciliación

No hay cultura de una jornada que acabe a las seis

Análisis. En España se debería avanzar en flexibilidad horaria y en promover el permiso de paternidad en solitario

La Razón
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-¿Qué opinión le merece el derecho a desconectar?

-En caso de batalla legal, conlleva que no se pueda argumentar como falta de compromiso el no estar las 24 horas conectado. La Ley los ampara y crea una mayor cultura de conciliación. Pero, en la práctica, siempre hay formas de sortear este derecho, mandando un e-mail un minuto antes de que termine la jornada o al principio pidiendo eficacia. En España sería posible y deseable.

-Una de las promesas del Gobierno es salir a las 18:00.

-Eso lo veo más difícil, y no sólo por la cultura de los jefes, sino de la población. Hay indicadores claros que así lo demuestran, como todos los que van los domingos a hacer la compra. No sólo compran familias con problemas para conciliar, también van jubilados. Hay una falta de sensibilidad en general, no sólo de los empresarios.

-¿En qué medida mejora el rendimiento tener una jornada intensiva o flexible?

-La jornada intensiva aumenta la productividad. El teletrabajo es un arma de doble filo porque depende de cómo se organice. Puede hacer que aumente la carga de trabajo tanto por el empresario como por el empleado y no tiene por qué conllevar mayor conciliación, ya que estar en casa trabajando no conlleva dedicar más horas al cuidado de los hijos. No es la panacea. Respecto a la flexibilidad, en España se hace en las grandes ciudades para la hora de entrada y salida debido al tráfico.

-¿Qué ayudaría a mejorar la conciliación en nuestro país?

-En España la flexibilidad horaria se considera que se ha de compensar en el mismo día. En este sentido hay mucho que avanzar respecto a otros países europeos donde se permite acumular horas en días completos. Otra medida que se debería promover es el permiso de paternidad en solitario, dado que fomenta la implicación del padre en el cuidado de los hijos. Este mayor vínculo hace que los varones se impliquen más y se gane en igualdad. En los últimos diez años, al menos 62.000 padres han hecho uso de este permiso en solitario.

*Catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid