Opinión

Ante el nuevo año

El 2024 que comienza mañana se abre con no pocas incógnitas y algunas esperanzadoras noticias relativas a la vida de la Iglesia.

Ucrania.- Zelenski expresa su "gratitud" al Papa por sus "deseos de paz" para Ucrania: "Estoy agradecido al Vaticano"
Zelenski expresa su "gratitud" al Papa por sus "deseos de paz" para Ucrania: "Estoy agradecido al Vaticano"Europa Press

El 2024 que comienza mañana se abre con no pocas incógnitas y algunas esperanzadoras noticias relativas a la vida de la Iglesia.

El nuevo año se abre con unos escenarios bélicos entre los más graves de los últimos tiempos: la guerra en la “martirizada” Ucrania, las devastadoras hostilidades entre israelíes y palestinos en Gaza, sin olvidar las violencias permanentes en Siria, Yemen y otros lugares del planeta. A todas ellas se referirá Francisco en el discurso que pronunciará el 8 de enero ante el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. 183 embajadores transmitirán a sus gobiernos la visión de la Santa Sede ante tales conflictos y su apremiante llamamiento a soluciones justas y duraderas.

En el terreno eclesial la XVI Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad concluirá el próximo mes de octubre pero los meses que nos separan de su clausura van a ocupar a las diócesis del mundo en la profundización y aplicación de una reforma que promueve el paso de una iglesia piramidal y excesivamente clerical a otro esquema más horizontal y abierto a todos los bautizados incluidas, sin discriminación alguna, a las mujeres.

En diciembre de este año Francisco abrirá el Jubileo del Año 2025 que ha querido centrar en el tema de la Esperanza. Una movilización que traerá a Roma más de 30 millones de fieles de todo el mundo pero que se vivirá con intensidad en las más de las 4.500 diócesis repartidas por los cinco continentes.

Algunos interrogantes se concentran en la persona de Jorge Mario Bergoglio, que acaba de vivir uno de los años más críticos para su salud. Hoy por hoy el Santo Padre se encuentra bastante mejorado y, en todo caso, dispuesto a proseguir su ministerio al servicio de la Iglesia y de la humanidad. ¿Podrá o no viajar como lo ha hecho hasta ahora?. Él, por su parte, ya ha anunciado que tiene programado hacerlo a Bélgica y a su Argentina natal y que está en estudio una visita a la lejanísima Polinesia.

Nuestra fe nos hace mirar el futuro sin ingenuidad que no excluye la esperanza para contemplar el paso del tiempo con sentido providencial.