Religión
El Papa retoma su agenda: «¡Gracias por tanto apoyo!»
Francisco preside su primer ángelus tras diez días en el hospital debido a una hernia abdominal
No se ha retrasado ni un minuto. A las doce del mediodía Francisco se ha asomado al ventanal de su estudio en los palacios apostólicos para presidir el rezo del ángelus. Ovación en la Plaza de San Pedro más prolongada de lo habitual. No era para menos, teniendo en cuenta que ha sido el primer acto público del pontífice argentino después de permanecer diez días ingresado tras ser operado por una hernia abdominal.
Su equipo médico, con el cirujano Sergio Alfieri al frente, prohibió a Jorge Mario Bergoglio celebrar la oración mariana el domingo anterior desde el balcón de su habitación en el hospital Gemelli de Roma para no poner en peligro el postoperatorio. Francisco obedeció, aunque eso implicara que por primera vez en una década de pontificado no pudiera compartir el ángelus con los fieles.
Hoy se ha desquitado. Sonriente, con voz enérgica y sin signo aparente de haber pasado por quirófano la semana anterior, ha expresado su «gratitud por todos los que en estos días me han manifestado su afecto, su amistad y me han asegurado el apoyo de su oración». «Esta cercanía humana y espiritual ha sido para mí de gran ayuda y consuelo. ¡Gracias a todos, gracias a vosotros, gracias de corazón!», ha verbalizado el Papa, que fue correspondido con un aplauso por los presentes.
A partir de ahí, como es habitual, Francisco ha reflexionado sobre el Evangelio de la jornada, deteniéndose en cómo trataba Jesús a sus discípulos: con cercanía.
«Dios no es distante, es Padre, te conoce y te ama; quiere tomarte de la mano, también cuando vas por senderos empinados y difíciles, también cuando caes y te cuesta levantarte y retomar el camino», ha planteado. Lo aseguró, sabedor de que, «si queremos ser buenos apóstoles, debemos ser como los niños: sentarnos ‘en las rodillas de Dios’ y desde ahí mirar el mundo con confianza y amor, para testimoniar que Dios es Padre, que Él solo transforma nuestros corazones y nos da esa alegría y esa paz que nosotros mismos no podemos alcanzar». A partir de ahí, ha recordado que Jesús no se dedicaba a «decir muchas palabras, sino realizar muchos gestos de amor y de esperanza en el nombre del Señor». Trasladado al hoy, el Papa ha confesado que «a mí me dejan siempre perplejos los ‘parlanchines’, con su mucho hablar y no hacer nada».
Después de dirigir la oración, el Papa ha manifestado su «gran tristeza y mucho dolor» por los migrantes y refugiados fallecidos que viajaban en el pesquero hundido el miércoles frente a las costas de Grecia, que ha calificado de «gravísimo naufragio». Jorge Mario Bergoglio ha recordado que este martes es el Día Mundial del Refugiado de Naciones Unidas y ha reclamado que «se haga todo lo posible para prevenir tragedias similares». En paralelo, ha tenido palabras de recuerdo para «los jóvenes estudiantes, víctimas del brutal ataque contra una escuela en el oeste de Uganda». Y es que, una cuarentena de personas habría perdido la vida al oeste del país, en manos supuestamente por las Fuerzas Democráticas Aliadas, grupo rebelde vinculado a Estado Islámico.
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