Leche cruda

Pediatras alertan de los recientes diagnósticos por beber leche cruda: "Existe la falsa idea de que cuanto más natural es algo más sano es"

Los recientes casos reafirman la advertencia de especialistas sobre los riesgos de la leche no pasteurizada en la infancia.

Los lácteos deben formar parte del desayuno diario
Los lácteos deben formar parte del desayuno diarioLa RazónLa Razón

Los pediatras en Italia han reforzado sus advertencias sobre la leche cruda y sus derivados, ante la persistencia de familias que los incluyen en la dieta de sus hijos bajo la idea de que lo “natural” es sinónimo de saludable. “Existe la falsa idea de que cuanto más natural es algo más sano es”, ha dicho el doctor Mattia Doria, presidente de la Federación de Pediatras de Veneto, quien recuerda que incluso pequeñas cantidades de estos productos pueden desencadenar graves complicaciones en menores de cinco años.

El riesgo principal para los niños está asociado al síndrome hemolítico urémico (SHU), una enfermedad desencadenada por la bacteria Escherichia coli, capaz de provocar insuficiencia renal e incluso secuelas neurológicas. Según los especialistas, se trata de un problema de salud pública que requiere precauciones claras: no ofrecer nunca lácteos crudos a los más pequeños.

Dos casos que reavivan el debate

Las advertencias han cobrado fuerza tras dos episodios recientes. En Belluno, un bebé de un año ha sido hospitalizado en Padua con diagnóstico de SHU después de consumir queso de leche cruda. El niño permanece en estado grave mientras se analizan los alimentos ingeridos para determinar cuál estaba contaminado.

Además, el caso recuerda a Mattia Maestri, que desde 2017 vive en estado vegetativo tras sufrir la misma infección. Hoy, a los 12 años, continúa con convulsiones diarias, mientras su familia mantiene visible la tragedia como una forma de alertar a otros padres. La justicia italiana ha confirmado las condenas contra los responsables de la lechería donde se produjo el contagio, pero para los Maestri la verdadera lucha es combatir la desinformación sobre estos productos.

Las autoridades sanitarias también han intervenido. El Ministerio de Salud ha actualizado sus normas de control e impuso la obligación de etiquetar los productos lácteos no pasteurizados con advertencias claras sobre sus riesgos. Entre ellas se destaca que no ofrecen garantías de seguridad total y que resultan especialmente peligrosos para niños, ancianos o personas inmunocomprometidas.

Con mensajes cada vez más contundentes, los pediatras insisten: la leche cruda y sus derivados no deben formar parte de la alimentación infantil y, para evitar riesgos innecesarios, lo recomendable es optar siempre por productos pasteurizados.