Mascotas
La población de perros de raza Akita sigue en descenso en Japón
Es una mascota cariñosa con su familia y amigos, y se considera un monumento nacional en el país asiático
La conocida raza canina Akita es originaria del norte de Japón. Reconocida como un símbolo de protección, los padres japoneses a menudo reciben una estatua de un akita cuando tienen un hijo. Esta mascota no sólo es un símbolo de protección, sino también de salud, felicidad y longevidad. En 1931 el Gobierno de Japón declaró la raza como monumento nacional y uno de los tesoros japoneses. Sus raíces se remontan a la década de 1630, con el cruce de perros que se usaban para la caza matagi (o caza tradicional de osos) y otras razas autóctonas. Su altura media es de 60 cm y pesan entre 30 kg y 59 kg, por lo que son considerados como una raza de perros grandes. Su esperanza de vida está entre los diez y los 12 años.
El akita no fue criado para trabajar en grupos, sino para estar solo o en pareja. A día de hoy aún se refleja esa herencia. Es feliz siendo el único perro de la familia, y puede ser agresivo con otros canes ajenos a ella, aunque con una socialización adecuada puede aprender a tolerar a otros perros, aunque siempre intentará mantener su estatus de líder a cualquier precio. Esta raza es leal y cariñosa con su familia y amigos, pero muy territorial en su casa y distante con los desconocidos. Son excelentes perros guardianes y solo ladran si perciben algo extraño.
La Sociedad Protectora de los Perros Akita fue fundada en 1927 con el objetivo de proteger el pedigrí de la raza, que a partir del siglo XIX se había comenzado a mezclar con otras. La institución estableció oficinas en todas las prefecturas de Japón y clubes en 11 países, como Estados Unidos, Francia, Rusia, China y Taiwán. En dichas sucursales se expiden certificados de pedigrí, además de organizar exposiciones y actividades de promoción de la raza akita. También llevan registros anuales de todos los nuevos ejemplares que se registran dentro y fuera de Japón, según señala la web nippon.com.
Según esta sociedad, el número de perros akita se redujo de forma notable durante la Guerra del Pacífico debido a la orden de captura que emitió el Ejército. Al final del conflicto se cree que solo sobrevivieron unas cuantas decenas de ejemplares, lo que provocó que estuvieran en peligro de extinción. Más tarde, gracias al apoyo de los amantes de los perros, se logró que más ejemplares se reprodujesen y para 1972 su número aumentó hasta los 46.225. Sin embargo, esa cifra se fue reduciendo hasta los 2.038 en 2011. Entre los factores que explican esta disminución están la mayor demanda de perros de raza pequeña por la transformación del entorno de las viviendas, así como el envejecimiento y la falta de herederos entre los criadores.
Gracias al éxito de la película «Siempre a tu lado, Hachiko» protagonizada por Richard Gere, la raza se popularizó fuera de Japón y para 2017 la cifra se había recuperado hasta los 6.671 ejemplares. Sin embargo, la disminución en el país no se detuvo, y en 2023 se registró la cifra más baja, con 1.832 ejemplares, incluso por debajo de los 1.964 de 2011.
El akita es un ejemplo perfecto de cómo los perros son muy leales a sus dueños y no se acostumbran fácilmente a otras personas, por lo que son conocidos como «perros de un solo dueño». No son pocos los que, tras ser abandonados o llevados a centros de sanidad, acaban siendo sacrificados.
Con el objetivo de aumentar el número de perros akita en Japón y conseguir que no se sacrifique a ninguno, en 2018 se estableció la fundación One for Akita.
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