
Tribuna
¿Podemos morir en casa?
Los españoles lo prefieren: con los suyos, en su cama, junto a sus fotos, en el lugar en el que han vivido casi toda su vida

Hasta mediados del siglo XX el cuidado de los seres queridos al final de la vida era una tarea casi exclusiva de sus familias. Pero en la actualidad hemos comenzado a comprobar que este cuidado al final de la vida se ha trasladado a las instituciones y se ha profesionalizado. Hoy en día es el hospital el lugar en el que fallecen la mayoría de las personas, según los datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad publicados en 2016, aunque gran parte preferiría hacerlo en su casa, junto a los suyos, en su cama, junto a sus fotos, en el lugar que ha vivido casi toda su vida.
¿Es un lugar mejor que otro? Una de las razones para elegir uno u otro lugar es el entorno preferido por el enfermo. El respeto a su preferencia sería un indicador de calidad de los cuidados paliativos.
Repasemos los beneficios de morir en casa:
1.- El ambiente del hogar es un entorno familiar que les trasmite paz y tranquilidad, y aporta sensación de normalidad. Es un lugar cómodo y confortable rodeado de sus recuerdos, y en el que el paciente controla sin que se le impongan normas u horarios. Además, permite las visitas informales y un mayor contacto con sus seres queridos.
2.- Según lo publicado en BMCMed (2015;13:235), se evidencia que el domicilio aporta más paz en la última semana de vida, mejor confort físico y menores niveles de angustia; y que los duelos son menos intensos y prolongados entre los familiares de quienes murieron en casa. Además, la incidencia de trastornos de estrés postraumático y otras enfermedades psiquiátricas también es menor.
3.- Los pacientes que mueren en el hogar no son sometidos a pruebas diagnósticas innecesarias y reciben menos tratamientos inapropiados e inútiles en esos momentos, que pueden alterar su calidad de vida.
4.- Los familiares de pacientes en fase terminal que fallecieron en su propio domicilio relacionan los cuidados recibidos por su ser querido con un acompañamiento paliativo eficaz y de mayor calidad, que los familiares que vivieron la misma situación en un hospital. Para los familiares, cuidar de su ser querido en el ámbito del hogar supone momentos gratos de intimidad y la posibilidad de compartir recuerdos con el ser querido enfermo.
Pero morir en el domicilio del enfermo no está al alcance de todos. ¿Qué condiciones deben darse?
-Para que un enfermo pueda ser cuidado en su domicilio es necesario el apoyo profesional domiciliario como el equipo de
Atención Primaria implicado en sus cuidados o el equipo específico de Cuidados Paliativos Domiciliarios en coordinación con Atención Primaria.
-Haría inviable morir en el domicilio vivir solo, no tener recursos familiares que le pudieran atender o que pudieran garantizar unos cuidados adecuados, condiciones no adecuadas de la vivienda, o que los cuidados paliativos necesarios por su complejidad habría que aplicarlos en un centro hospitalario.
No se puede afirmar que morir en casa sea el estándar de buena muerte, pero sí debemos promover de manera individual esta posibilidad. Morir en casa tampoco debería promoverse nunca desde el ahorro del sistema sanitario. Sería muy necesario que se otorgue más presupuesto y más recursos a la Atención Primaria que es la gran olvidada y la principal aliada de los cuidados domiciliarios. Así como favorecer la continuidad de los cuidados garantizando la comunicación entre los distintos niveles asistenciales. La importancia de respetar el lugar elegido por el enfermo para morir sería un indicador de calidad de los cuidados paliativos.
Los que hemos trabajado en unidades de cuidados paliativos hemos comprobado que cuando un enfermo precisa ingresar en una unidad de cuidados paliativos es necesario adecuar dichas unidades a aquellas condiciones que hemos comprobado beneficiosas de morir en el domicilio como pueden ser: adaptación de horarios de comidas, flexibilidad en las visitas, ambiente hogareño de las instalaciones, habitación individual confortable para el enfermo y su familia, etc. Si no fuera posible morir en casa que al menos morirse en el hospital se parezca cada vez más a morirse en casa.
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