Investigación
¿Es posible determinar si alguien está mintiendo simplemente observándolo?
La técnica que ha demostrado ser más eficaz para detectar mentiras se basa en prestar atención a este aspecto de la narración
Sabemos que el cuerpo humano reacciona a la mentira… porque todos lo hemos sentido alguna vez en nuestras propias carnes. El pulso se acelera, la sudoración aumenta, el tono de voz cambia, etc. A decir verdad, si alguien se hubiera tomado la molestia de observar detenidamente lo que decíamos y cómo lo decíamos, seguramente nos habrían pillado de inmediato. Ahora bien, que una mentira pueda ser detectada, no significa que sea sencillo detectarla… en absoluto.
De hecho, el perfil de los expertos en detección de mentiras, que suelen intervenir en labores de inteligencia y en investigación criminal, está muy cotizado, porque es mucho lo que deben saber y entrenar para poder ser eficaces. Conviene matizar, eso sí, que ninguna técnica de detección de mentiras es totalmente fiable. Ni siquiera utilizando otros métodos, máquinas y estrategias de investigación es posible estar 100% seguro de que alguien está diciendo la verdad. Dicho esto, sí que podemos señalar que hay algunas técnicas que son más fiables que otras:
¿Basta con la simple observación?
El uso de herramientas psicofisiológicas, como el polígrafo, para detectar mentiras es un tema de amplio debate… y no suelen ser considerados como pruebas válidas en los juzgados. Aunque es cierto que el cuerpo humano experimenta cambios cuando miente, estos cambios pueden también ser causados por diversas razones, como la ansiedad del individuo al enfrentarse a la prueba o incluso lo que ha comido antes de la misma, factores que puedenalterar los resultados.
Además de medir estas reacciones fisiológicas, es posible acercarnos a la verdad observando directamente al sujeto en cuestión. Consiste en distinguir, mediante la observación, los comportamientos normales del individuo y aquellos que son anómalos y podrían surgir cuando la persona no está siendo honesta. Los expertos sugieren, por ejemplo, observar los movimientos de cabeza, cara y ojos, buscando contradicciones entre palabras y gestos. Un contacto visual y parpadeo inusual, así como gestos nerviosos, como tocarse la cara o frotarse partes del cuerpo, pueden ser signos indicativos de mentira.
Sin embargo, estas manifestaciones suelen ser fugaces, poco evidentes y comunes en otras situaciones cotidianas, por lo que no son completamente fiables. Hay incluso personas que están psicológicamente preparadas para mentir sin mostrar ninguna alteración física. Por ello, prestar atención a los indicadores corporales y conductuales rara vez ofrece resultados concluyentes.
A pesar de que el uso de estas técnicas no es totalmente fiable para detectar la mentira, sí pueden ser útiles durante un interrogatorio. Mantener la mirada fija en el sospechoso y señalar cómo se delata a sí mismo a través de gestos involuntarios puede resultar muy efectivo para poner nerviosa a la persona interrogada. Este nerviosismo puede llevarle a caer en contradicciones en su relato o incluso a realizar una confesión incriminatoria.
Detalles que no pueden pasarse por alto
Hasta ahora, la técnica que ha demostrado ser más eficaz para detectar mentiras se basa en observar minuciosamente el nivel de detalle que una persona emplea al narrar su historia. Una investigación de la Universidad de Ámsterdam reunió a 1.445 personas que intentaban discernir la veracidad de las declaraciones de varios estudiantes universitarios sobre un supuesto examen robado. Se dividió a los participantes en dos grupos. A uno se le instruyó para que intentara identificar a los mentirosos utilizando su intuición y los conocimientos previos al estudio. Al otro se le indicó que se enfocara en el nivel de detalle de las declaraciones de los estudiantes.
Se encontró que, cuanto más detalladas y creíbles eran las descripciones de las personas, lugares, acciones, objetos y eventos de la historia, mayores eran las posibilidades de que la persona estuviera diciendo la verdad. Como resultado, los participantes del segundo grupo fueron capaces de distinguir de manera consistente las mentiras de las verdades.
El psicólogo forense Bruno Verschuere, principal autor del estudio, explica que confiar en una buena señal, como el nivel de detalle, puede ser más beneficioso que usar muchas señales. Aunque existen otros indicadores no verbales y conductuales que pueden ser reveladores, son tan contradictorios, sutiles y comunes en otras situaciones cotidianas que no son del todo fiables, incluso para un experto observador.
Verschuere sostiene que "la verdad se puede encontrar en la simplicidad". Propone descartar en lugar de agregar pistas cuando se trata de detectar el engaño y sugiere que, para manejar la sobrecarga de información, es mejor ignorarla. En resumen, menos, es más. En lugar de utilizar muchas estrategias diferentes para observar los comportamientos normales en contraposición a los anómalos, que pueden surgir cuando el sujeto no está siendo honesto, es mejor centrarse únicamente en el nivel de detalles creíbles que la persona es capaz de añadir a la historia. Este es un indicador mucho más fiable.
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