Pobreza

Prevenir atropellos donde no hay asfalto

La Fundación Abertis junto a Unicef busca implantar protocolos clínico-asistenciales efectivos para los menores víctimas de accidentes de tráfico.

Su objetivo principal es reducir la siniestralidad en los países menos desarrollados
Su objetivo principal es reducir la siniestralidad en los países menos desarrolladoslarazon

La Fundación Abertis junto a Unicef busca implantar protocolos clínico-asistenciales efectivos para los menores víctimas de accidentes de tráfico.

Todo el mundo es consciente de que sufrir un accidente de tráfico es un evento traumático, no sólo para quien lo sufre, sino también para quien lo ve. Colisiones, despistes, choques, salidas de vía, embestidas... son sólo algunos de los tipos de accidentes de tráfico que hacen que miles de familias se enfrenten a una de sus peores experiencias. Pero, frente al drama emocional y social, junto con el trauma físico que provocan estos percances, se añade una serie de dificultades económicas a las que un gran número de familias tienen que hacer frente en caso de accidente. A menudo, pierden ingresos porque algún miembro debe dejar su trabajo para hacerse cargo de la persona accidentada, mientras ven cómo se multiplican los gastos para sus cuidados. Las familias adquieren una deuda severa. Una víctima de accidente de tráfico también sufrirá tratamientos comprometidos, con peor calidad de atención sanitaria y un mayor fracaso para lograr una buena recuperación. Por ejemplo, un niño con lesión por accidente de tráfico se traduce en un aumento de la tasa de ausencia a los centros escolares y en consecuencia fracaso escolar. De hecho, según indica Unicef, los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre los niños y adolescentes de más de 10 años en todo el mundo. Por cada niño que muere, cuatro quedan con discapacidad para siempre. Además, según la OMS, estos incidentes matan a más personas en todo el mundo que la malaria.

Bajo esta preocupación, la Fundación Abertis y Unicef han llevado a cabo un novedoso acuerdo de colaboración para combatir y prevenir la principal causa de muerte en niños en edad escolar: los accidentes en carretera. Esta alianza, que se centra en la prevención de lesiones medulares, protegerá a los menores y les ofrecerá un trayecto seguro a la escuela, ya que «más de 500.000 víctimas son niños en su camino a la escuela», afirman desde Unicef. Una amplia colaboración hará más efectiva la problemática de la movilidad y seguridad infantil, «un derecho que aún no puede ser ejercido plenamente por todos los ciudadanos del mundo», afirma Tony Lake, director ejecutivo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.

El factor tiempo es vital. Por eso, la rápida asistencia en un accidente disminuye la mortalidad y reduce la gravedad de las lesiones. Abertis junto con Unicef y el Institut Guttmann impulsan un proyecto pionero destinado a paliar las secuelas causadas por los accidentes de tráfico, especialmente en niños, en los países con más índices de pobreza. Esto se debe –según datos de Unicef– a que aunque en las zonas ricas del mundo tienen altos niveles de motorización, el riesgo de muerte por accidente es significativamente superior en las zonas más desfavorecidas. «Se destinan menos recursos a vehículos en buenas condiciones y, por tanto, los que circulan son peligrosos. Las personas se ven obligadas a desplazarse a pie, lo que las hace más vulnerables al tener menos protección y vigilancia», cuentan desde Unicef.

La seguridad vial siempre ha estado en el ADN de Abertis. Por eso, a través de su programa Road Safety ha estado pendiente de la repercusión del impacto de las infraestructuras en el territorio y en las personas. En este sentido, consideran que «la seguridad vial es un asunto de prioridad en el que buscamos promover una movilidad segura y responsable para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos», asegura Francisco Reynés vicepresidente y consejero delegado de Abertis. Junto con el Institut Guttmann, su misión es proporcionar en todo momento la mejor atención médico-rehabilitadora a las personas afectadas por una lesión medular, así como prestar los servicios más adecuados para alcanzar una reinserción social satisfactoria, contribuir al pleno reconocimiento de sus derechos y a una efectiva equiparación de oportunidades.