Salud

El protozoo que puede dejarte ciego si te bañas con lentillas: “Es jugar a la ruleta rusa”

Una costumbre para muchas personas es un riesgo que puede "provocar una infección en la córnea que termine en ceguera". Pese a su baja prevalencia, el 90% de los infectados utiliza lentes de contacto

El 90% de los infectados de Acanthamoeba usa lentes de contacto
El 90% de los infectados de Acanthamoeba usa lentes de contactoDreamstime

Darse un baño con lentillas "en el mar, un río, un lago o en la ducha puede llevarte a una pérdida severa de la visión e, incluso, a una ceguera completa". La advertencia de la optometrista e investigadora en el Instituto Ramón Castroviejo de la Universidad Complutense de Madrid, Elena Salobrar, pilla por sorpresa a la mayoría de sus pacientes que utilizan lentes de contacto: "Menos del 10% sabían que es peligroso bañarse con lentillas. Cuando se lo explico, muchos se sorprenden porque llevan toda la vida haciéndolo. No debemos bañarnos con ellas, pero la gente no lo sabe".

Un protozoo llamado Acanthamoeba, cuya presencia es común en espacios acuáticos, especialmente en ríos, lagos o estanques, "puede provocarte una infección en la córnea que impide que la luz entre en el ojo", explica Salobrar a sus 39 años tras dos décadas trabajando como óptica optometrista, un máster en Bostón sobre patología oftalmológica y una tesis doctoral en el Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo.

La tardanza en detectar la infección de Acanthamoeba "puede derivar en un mal pronóstico"

El peligro de este protozoo de entre 15 y 40 micrómetros (0,015 y 0,040 milímetros) aumenta "porque el diagnóstico es complicado": "Los médicos suelen confundir sus síntomas (inflamación de la córnea, enrojecimiento, dolor muy intenso y deterioro de la visión) con queratitis por virus del herpes simple y por hongos, que son infecciones más comunes y hacen que se retrase el diagnóstico certero". Cuando los médicos se dan cuenta que no funciona el tratamiento contra el herpes o los hongos, "se manda al paciente a hacerse la prueba que puede detectar la infección de Acanthamoeba, que sólo puede realizarse en hospitales especializados en oftalmología", subraya Salobrar.

La tardanza en detectar esta infección "puede relacionarse con un mal pronóstico": "15 días pueden ser fatídicos porque la herida en la córnea se va haciendo más grande", advierte la optometrista. "Aunque la mayoría de las especies de Acanthamoeba son inofensivas para los seres humanos, algunas pueden causar infecciones en personas con sistemas inmunológicos debilitados", explica Salobrar en su artículo de divulgación publicado en la web de la Universidad Complutense "porque me di cuenta que no se conocen los riesgos de poner en contacto las lentillas con el agua".

"Aproximadamente el 90% de los infectados de Acanthamoeba usa lentes de contacto"

La investigadora remarca que "aunque no existen estudios en Europa por suerte sabemos que la prevalencia es baja, pero puede llevarte a necesitar un trasplante de córnea o dejarte ciego": "Aproximadamente el 90% de los pacientes que presentan queratitis por Acanthamoeba eran usuarios de lentes de contacto. Su mal uso es un factor de riesgo porque su contaminación puede conducir a la formación de un biofilm en la superficie de la lentilla y favorecer el crecimiento de varios microorganismos como bacterias, hongos y virus", explica Salobrar.

"Bañarte con lentillas es como jugar a la ruleta rusa", sentencia la optometrista sobre una costumbre que muchos tienen totalmente interiorizada. Nicolás Silva, abogado de 30 años, se enteró hace un mes "por la trabajadora de la óptica" que darse un chapuzón con sus lentillas "me podía dejar ciego por una infección": "Me sorprendí muchísimo porque llevo haciéndolo desde pequeño". Pese a que ahora Nicolás conoce los peligros de la Acanthamoeba, este jurista madrileño con 5 dioptrías sigue bañándose "con las lentillas en el mar, ríos... en todas partes menos en la ducha": "Sólo procuro no abrir los ojos bajo el agua. Sin ellas no veo nada y no encuentro mi sitio en la playa".

David procura "no abrir los ojos debajo del agua": "No tenía ni idea de que podías quedarte ciego si te bañas con lentillas"

Nicolás se plantearía "cambiar este hábito si viviese en un sitio cerca del mar": "Pero me baño sólo unas 10 veces al año". La optometrista lamenta que "falta información y concienciación". David Hermida, técnico comercial en el sector de la construcción de 32 años, cuenta que "no tenía ni idea que se puedes perder mucha visión o quedarte ciego si te bañas con las lentillas puestas". Este joven vigués residente en Madrid entra con sus lentes de contacto de 2,5 dioptrías "en el mar, ríos, piscinas...y también me ducho con ellas".

Como Nicolás, David también intenta "no abrir los ojos debajo del agua en el mar, ríos o lagos", pero "en la ducha no tomo ninguna precaución": "Conozco a mucha gente que se baña con ellas". David tampoco cambiará su costumbre "aunque igual preferiría seguir sin saber nada de este protozoo", bromea. "Me da palo, pero seguiré bañándome con las lentes de contacto. En la playa las gafas me molestan con el sol. Y no veo higiénico quitármelas en la arena para bañarme y luego ponerme otra vez las lentillas. Comprar unas gafas de sol graduadas sería una posible solución, pero no vería nada de camino al agua y al salir", cuenta David sobre los motivos que, pese a que ya conoce el riesgo que extraña, le llevan a seguir jugando a la ruleta rusa del protozoo Acanthamoeba.