Buenos modales
¿Por qué podría considerarse de mala educación decir eso de “buen provecho"?
La fórmula "buen provecho" y sus derivados tienen un origen que algunos podrían considerar escatológico
Para nosotros, la costumbre de eructar en la mesa sería, a estas alturas de la película, absolutamente imposible de asimilar. Aunque pusiéramos todos los esfuerzos del mundo en sobrellevarlo, solo unos pocos serían capaces de mantener el gesto si alguno de los comensales decidiera que es un buen momento para eructar. Sin embargo, esto no es así en todas las culturas: en algunas latitudes, no solo no se considera "mala educación", sino que, de hecho, se considera de etiqueta. Es lo que ocurre en China o en la India, por ejemplo.
Tal y como explican algunos blogs de viaje, el eructo al terminar de comer en estos y otros países se interpreta como una muestra de que se ha disfrutado de aquello que se acaba de comer. En otros lugares, como en Filipinas, no es que sea signo de buenos o malos modales... es que es algo a lo que no se le presta ninguna atención, por lo que simplemente pasa desapercibido. Lo que resulta bastante difícil de creer para algunas personas es que hace algunos años no tendríamos que haber viajado miles de kilómetros para presenciarlo:
Cuando los árabes conquistaron gran parte de la Península Ibérica y sometieron a las poblaciones nativas allá por el siglo VII, estas adoptaron lengua y costumbres, entre ellas la cuestionable costumbre del eructo en la mesa como muestra de gratitud y satisfacción. Los Reyes Católicos fueron los últimos reyes cristianos que tuvieron que compartir su territorio con el invasor en la Península. Sin embargo, si bien ellos fueron expulsados, no fue así con esta costumbre, que se mantendría viva durante muchos años más.
Como suele ocurrir con las cuestiones del protocolo, los primeros en desterrarla fueron las clases altas. Sin embargo, aun entre los estamentos más elevados sobreviviría la expresión "buen provecho", que era la réplica que solía acompañar al eructo que los comensales lanzaban después de un deleitable banquete. Pero, ¿por qué se utilizaba esta expresión en particular?
Al parecer, la palabra "provecho" designa a ese gas (en ocasiones acompañado de un pequeño vómito) que el bebé expele al terminar de mamar y que los padres a veces tratan de forzar. Esta es la causa de que esta fórmula se utilice para desear, no una buena comida, sino una buena digestión a quien acaba de eructar. En lugar de eso, sería más recomendable utilizar otras fórmulas menos escatológicas y más apropiadas, como “que disfruten de la cena”.
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