Rupturas tras las vacaciones

Hasta que septiembre nos separe

El 55% de las rupturas de pareja se producen en verano. Septiembre es el mes con más demandas de separación y de divorcio, y en el que crecen las búsquedas en Google sobre ambos

La convivencia en las vacaciones se enfrenta a muchas pruebas
La convivencia en las vacaciones se enfrenta a muchas pruebasDreamstime

Algo más del 50% de los matrimonios se acaban separando en España, según un estudio elaborado por el Observatorio Demográfico CEU, adscrito al Centro de Estudios, Formación y Análisis Social (CEU-Cefas). Más de un tercio se separa antes de los 20 años de casados; uno de cada cinco, en los primeros diez años; y uno de cada ocho lo hace en los primeros siete años.

Las disoluciones matrimoniales repuntaron en 2024 un 8,2%, al registrarse 86.595 divorcios, tras dos años de descenso. El año pasado hubo 2.121 divorcios entre personas del mismo sexo (el 2,6% del total). De ellos, 1.038 fueron de hombres y 1.083 de mujeres. Además, hubo 85 separaciones (2,4% del total).

A pesar del incremento, el número de disoluciones matrimoniales sigue por debajo de 2021, cuando se divorciaron en España 90.582 matrimonios, y en especial de niveles prepandemia, momento en el que los divorcios rondaban los 100.000 anuales.

Pese a que las cifras son tozudas, casarse sigue siendo una decisión muy común en España, donde se celebran entre 170.000 y 180.000 bodas al año.

Por encima de las discusiones, las dificultades asociadas a la convivencia, los problemas económicos o las desavenencias por la educación de los hijos, el enemigo público número uno de las parejas suele ser el verano.

El 55% de las rupturas de pareja se producen entre julio, agosto y septiembre, siendo este último mes en el que más demandas de separación y divorcio se presentan. No es extraño que las búsquedas en Google sobre ambos términos aumenten en un 80% en la época estival.

Infidelidad en España
Infidelidad en EspañaTania NietoLA RAZÓN

Carrera de obstáculos

La psicóloga Lara Ferreiro nos ayuda a analizar las causas de este fenómeno y a encontrar posibles soluciones para sobrevivir a la carrera de obstáculos que las vacaciones representan para las parejas. «Uno de los motivos más frecuentes de rupturas, separaciones y divorcios en España es la infidelidad –hay 7,5 millones de hombres infieles en España frente a 3,5 millones de mujeres–, y el otro son los problemas derivados de la convivencia», explica.

Lo confirma el aumento de la suscripciones a apps como Ashley Maddison, que se disparan durante los meses estivales. «Cada verano lo comprobamos: cuando suben las temperaturas y la rutina suspendida baja las barreras. La gente busca sentirse deseada, viva, vista… aunque sea fuera de su relación habitual. Y cada vez con menos culpa. Las relaciones están cambiando, y el verano solo acelera el proceso», afirma Christoph Kraemer, director general para Europa de la plataforma líder mundial para relaciones extramatrimoniales.

Pero el «digital» no es el único perfil de infiel que «actúa» en verano. Ferreiro nos habla de otros dos tipos. «Tenemos también al viajero/a que busca la oportunidad en vacaciones con amigos, y el urbano, es decir, lo que antes definíamos como ‘rodríguez’, que aprovecha que su pareja está en la playa con los niños y el/ella se queda en la ciudad porque tiene trabajo».

Pero el motivo principal para hacer borrón y cuenta nueva en nuestra vida sentimental a partir de septiembre es mucho más prosaico que el de la manida infidelidad.

Y es que la convivencia 24/7 durante las vacaciones expone y potencia problemas que la pareja trae consigo, y que el resto del año las rutinas y el ritmo de vida que impone el trabajo pueden ayudar a ocultar. «Existe lo que llamamos el ‘efecto lupa’. La convivencia 24/7 acrecienta las disputas y amplifica los problemas. También hay como un espejismo vacacional de que por estar descansando en un lugar agradable todo se va a arreglar, cuando obviamente esto no sucede, lo que genera mayor frustración. A esto hay que sumar otro fenómeno que es la paradoja del descanso: el estrés emocional no desaparece con el descanso físico; de hecho, es más visible, se hace más palpable cuando nos salimos de nuestras rutinas», destaca la psicóloga.

Por otro lado, es muy habitual que en verano, y durante los días de vacaciones, se conviva con la familia política, algo que suele generar muchas discusiones. También la sobrecarga parental, que suele recaer más sobre las mujeres, y que les lleva a necesitar, a la vuelta, unas vacaciones de las vacaciones.

Según una encuesta realizada a través de las redes sociales de Bodas.net, el 31% de los participantes afirma que todas las semanas (o casi) suelen discutir con su pareja. Sin embargo, un volumen próximo a estos, en concreto, el 30% de los usuarios, señala una menor frecuencia: una o dos veces al mes. Casi la mitad de los encuestados (48%) destacó que la convivencia suele ser el tema por excelencia que los lleva a tener más «rifirafes». Algo parecido sucede con el tema familiar e hijos, que es la segunda opción más votada (26%).

Aunque no hay fórmulas mágicas para salvar la pareja de los peligros estivales, Ferreiro aporta una receta que suele ser útil. Se trata de la regla del 50-30-20: 50% del tiempo con la familia, 30% a solas con la pareja y 20% de dedicación a uno mismo para hacer deporte, para leer, para practicar algún hobbie...

«Obviamente no es infalible, pero tener en la cabeza esta fórmula para organizar el tiempo en familia y en pareja es una manera de asegurar un cierto equilibrio. En terapia, yo aconsejo dedicar un tiempo a la semana, unas “horas rosas”, para salir a cenar, ponerse guapos, reconquistarse… Muchas parejas se olvidan de que la relación no puede dejar de alimentarse», señala tajante.