
Psicología
¿Qué significa saludar sin levantarse de la silla según los expertos?
La forma en que saludamos dice más de lo que imaginamos. Permanecer sentado puede ser un gesto inocente… o todo lo contrario

Aunque suele pasar desapercibido, el acto de saludar también forma parte del complejo lenguaje no verbal. Y como todo gesto corporal, puede ser interpretado de distintas maneras según el contexto, la cultura y la relación entre las personas implicadas.
Uno de esos gestos aparentemente menores es saludar desde una silla, sin levantarse. ¿Se trata de comodidad, de autoridad o de falta de educación? Depende.
Un gesto pequeño que transmite grandes mensajes

Expertos en psicología social señalan que no levantarse al saludar puede reflejar múltiples intenciones o estados, desde cansancio físico hasta desinterés emocional.
En contextos profesionales, por ejemplo, si una figura de autoridad permanece sentada mientras saluda a alguien, puede estar reforzando su posición jerárquica, de forma consciente o no. Es un gesto que sugiere poder, dominio o incluso distancia.
Por el contrario, en entornos informales -como reuniones familiares o encuentros con amigos- el mismo gesto puede deberse simplemente a comodidad o confianza.
¿Es una falta de respeto?
No necesariamente. Según la psicóloga clínica experta en comunicación no verbal, Patricia Dixon, saludar sentado no siempre implica desdén o mala educación. En muchas ocasiones, puede estar relacionado con el cansancio, una dolencia física o una situación de incomodidad personal.
Por eso, es importante interpretar el gesto dentro del contexto: no es lo mismo en una entrevista de trabajo que en una sobremesa entre amigos.
La comunicación no verbal: lo que decimos sin hablar

La psicóloga Dixon asegura que una parte significativa de nuestra comunicación ocurre sin palabras. "Gestos como mantener el contacto visual, inclinarse hacia el otro o levantarse al saludar dicen mucho sobre cómo nos sentimos y cómo nos posicionamos en una situación determinada", agrega.
Estos gestos silenciosos construyen o debilitan vínculos, y pueden influir incluso en la percepción que otros tienen sobre nosotros.
Más que un saludo: una declaración silenciosa
Saludar desde la silla no es solo una cuestión de modales: es una señal que, consciente o no, refleja cómo nos sentimos, cómo valoramos al otro y qué rol ocupamos en ese momento. Por eso, observar cómo saludamos -y cómo nos saludan- puede ser una herramienta poderosa para comprender mejor nuestras relaciones y actuar con mayor empatía y conciencia.
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