Salud mental

Sanidad rectifica para tratar de aprobar el Plan de Acción de Salud Mental

El Ministerio de Mónica García ha tenido que escuchar a los psiquiatras, que pedían más rigor científico y menos ideología, además de aumentar las ratios de profesionales

La ministra de Sanidad, Mónica García, y Belén González, comisionada de Salud Mental
La ministra de Sanidad, Mónica García, y Belén González, comisionada de Salud MentalAgencia EFE

Sanidad y el Comisionado de Salud Mental han tenido que rectificar y escuchar a la veintena de sociedades científica de psiquiatría, lideradas por la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm), que se opusieron a la versión del Plan de Acción de Salud Mental 2025-2027 que el ministerio llevó a pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (Cisns) el pasado 14 de febrero.

Recordemos que el proyecto fue rechazado por la mayoría de las comunidades autónomas tras la carta emitida por la Sepsm desvinculándose del mismo tras haber tenido acceso al texto por fuentes ajenas al Ministerio y comprobar que no incluía muchas de las acciones consideradas como prioritarias.

En el mismo sentido se pronunciaron también la Asociación Española de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia (Aepnya) y el Colegio General de la Psicología de España, que además mostraron su preocupación por la creación de un Diploma de Psicoterapia anunciado por el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, unos días antes del pleno y del que no había más detalles en el Plan.

Pese a que, de cara a la galería, la ministra Mónica García trató de desacreditar la opinión negativa sobre el Plan del 80% de los psiquiatras de este país (representados en la 20 sociedades científicas que lo rechazaron) argumentando que se trataba de la oposición "aislada" de "una sola sociedad científica", el Comisionado de Salud Mental, a sabiendas de lo que se jugaba, ha mantenido reuniones con la Sepms desde el lunes siguiente a que se rechazara el Plan para conseguir su apoyo al proyecto.

Como resultado, el documento que presenta hoy a las comunidades autónomas en el pleno del Cisns es "más técnico, basado en la evidencia científica, y menos ideológico, que era lo que perseguíamos", detalla la presidenta de la Sepsm, Marina Díaz Marsá, a este periódico.

El primero y más importante de los puntos de conflicto era que, en el texto anterior y como "objetivo deseado" de la línea de actuación más urgente para mejorar la deficiente atención a la salud mental en nuestro país, se proponía "reforzar los recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud (SNS)", con una oferta de plazas menor de la existente en la actualidad.

Es decir, que no solo no se mejoraba la exigua ratio de entre 8 y 10 psiquiatras y psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes que tenemos actualmente, sino que se contemplaba que esta disminuyera en un 10% en los próximos dos años.

Lejos de reconocer lo que a todas luces era un error, ya fuera de redacción del texto o motivado por el desconocimiento de quienes lo habían escrito, la ministra acusó a las comunidades del PP de "bloquear" y "retrasar" un Plan que "la sociedad española necesita".

Sin embargo, en la nueva versión del Plan, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, el 90% de plazas acreditadas se ha cambiado por el 100%, como pedían los especialistas.

Además, el texto recoge el objetivo de "impulsar la acreditación de nuevas plazas de las especialidades de salud mental con el objetivo de formar los especialistas suficientes para responder a las necesidades de atención a la población adscrita a cada CCAA". Otra cosa es que tal aumento de la oferta suceda en la práctica, y que no dependa únicamente de la voluntad y el presupuesto de las comunidades autónomas.

Otra de las razones por la que la mayoría de las CC AA rechazaron la aprobación del Plan fue que no contenía memoria económica alguna para llevarlo a cabo.

Como respuesta, Padilla señaló posteriormente que la financiación inicial del Plan ascendería a 39 millones de euros, algo que, según Sanidad, ya sabían las Consejerías de Sanidad. Lo

conocieran o no, las fuentes consultadas por este periódico aseguran que se trata de un presupuesto «de todo punto insuficiente» para abordar las medidas que se plantean.

Las cosas, por su nombre

En el ámbito científico y técnico, Sanidad y el Comisionado se han plegado a varias de las demandas de los especialistas en salud mental en temas clave como la polémica "deprescripción" de psicofármacos o la sustitución del inexacto (y "naive») término "problemas de salud mental" por las denominaciones clínicas apropiadas: "trastornos mentales" y "trastornos mentales graves", cuando corresponda referirse a ellas.

Además, la redacción actual sustituye la "deprescripción" como práctica o recomendación para "solucionar" el sobreuso de medicamentos psiquiátricos en general a cuando se indican hipnosedantes y antidepresivos para tratar lo que el Comisionado y el ministerio definen como "malestares de la vida cotidiana". Cuando se habla de psicofármacos (grupo en el que se encuentran medicamentos para trastornos mentales graves, como los antipsicóticos) el texto actual sutituye la "deprescripción" por una expresión más adecuada: "uso adecuado".

Los psiquiatras habían alertado de que la recomendación de deprescribir ligada a la palabra psicofármacos "puede ir en detrimento de la adherencia de las personas con trastorno mental grave que requieren de tratamientos a largo plazo".

"Aquí nadie quiere que se medicalice la vida cotiana, pero hay que matizar que la decisión de deprescribir, aun en el caso de antidepresivos y/o ansiolíticos se debe basar en la evidencia científica y el criterio del profesional, no en una tendencia impuesta", explica Díaz Marsá.

Aunque el texto mantiene medidas que indignan a los psiquiatras como la puesta en marcha de un registro de "intervenciones involuntarias" o la "eliminación de las contenciones mecánicas", ambas prácticas totalmente residuales en la práctica clínica, se ha modificado la redacción de aquellas partes en las que se insinuaba que el modelo actual de atención a la salud mental no ponía en el centro los derechos humanos de los pacientes.

Un "dialogo" sobre la psicoterapia

"La práctica de la psicoterapia está regulada y su ejercicio se debe realizar en al ámbito de la medicina, la psicología clínica y la psicología general sanitaria". Así contestó la Semps a las confusas declaraciones de Javier Padilla el mes pasado sobre que Sanidad estaba pensando en crear "un Diploma de psicoterapia", como una supuesta "solución" para desatascar las imposibles listas de espera que hay en la Sanidad pública para la atención psicológica. Una idea "peregrina" más que desató la indignación de los profesionales de salud mental por su falta de rigor. En el Plan que se presenta hoy vuelve a aparecer un enunciado parecido dentro de la línea estratégica de aumento de los recursos humanos: "promover un grupo de trabajo para el inicio del diálogo sobre la psicoterapia, asegurando el cumplimiento de criterios de calidad y respetando los principios de asistencia del SNS".

La Semps insiste en que lo hay que regular es el "intrusismo profesional" y la "publicidad engañosa" de prácticas denominadas como terapia que no cuentan con aval científico alguno. "Desde la Sepsm estamos intentando crear una plataforma de buenas prácticas clínicas que recoja los requisitos que tiene que cumplir el profesional para hacer psicoterapia", explica la especialista.