Medio ambiente

El secreto para un ‘matrimonio feliz’ entre pueblos y renovables

Iberdrola organiza un debate en La Granja de Segovia para promover las mejores prácticas para instalar energía limpia

La biodiversidad y el mundo rural pueden convivir con la energía renovable
La biodiversidad y el mundo rural pueden convivir con la energía renovableL. Cano

La energía solar, eólica e hidroeléctrica le están dando la vuelta a la tortilla al mix energético. Cada año emitimos menos gases de efecto invernadero y producimos más energía limpia. El gran desafío ahora es conjugar la instalación de proyectos renovables con el desarrollo de las comunidades locales que los albergan, así como con la conservación de la diversidad de la zona, cuidando flora, fauna y patrimonio natural. El reto no es minúsculo.

«Se trata de una tarea muy complicada», admiten Emilio Tejedor, responsable de medio ambiente de Iberdrola, e Isabel Tomé, responsable de biodiversidad y capital natural en la misma compañía. «Es un interés de todo el sector de la energía que las renovables se integren bien con el entorno rural natural. De no ser así, se producirá un rechazo social y sería más complicado cumplir con los objetivos de descarbonización», apuntan.

Si algo está claro es que no vale correr: la clave está en el diálogo. Un camino en el que ya se están dando pasos significativos por parte de la industria, como el debate para impulsar las mejores prácticas entre energías renovables y biodiversidad que Iberdrola organizó hace unos días en el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, en el marco de su Programa Convive. El encuentro fue inaugurado por el alcalde de La Granja, Samuel Alonso Llorente, y el CEO de Iberdrola Renovables, Julio Castro.

Durante las jornadas –en las que también participaron otras energéticas–, se compartieron casos de éxito con el objetivo de replicarlos y se debatieron cuestiones fundamentales para asegurar que el desarrollo de energías renovables tenga un impacto neto positivo en la biodiversidad. Iberdrola ha asumido este compromiso como parte de su Plan de Biodiversidad y el Programa Convive, trabajando para crear una simbiosis entre las energías renovables, la naturaleza, la sociedad y la economía.

«Hay que buscar proyectos que produzcan una mejora real para la naturaleza», coinciden Tejedor y Tomé. «El desafío es muy grande, porque hay que obtener un conocimiento profundo de los ecosistemas con los que vamos a interactuar; en qué estado se encuentran, qué especies son las más frágiles… La naturaleza es un sistema muy complejo de comprender, pero se está avanzando rápidamente en ello», sigue él. Los proyectos de energías renovables, por ese énfasis en conocer y proteger los ecosistemas, están proporcionando «ingentes cantidades de información para conocer mejor su funcionamiento y cómo protegerlo», señala ella.

Después de conocer la naturaleza, hay que «hacer las cosas bien», aseveran. Algunas maneras de hacerlo son: «Buscar los emplazamientos que menor impacto tengan, evitar al máximo esos impactos y realizar medidas de conservación y restauración que realmente supongan una mejora. En el argot, se llama aplicar la jerarquía de mitigación. También hay que realizar estudios de impacto ambiental serios y robustos. Es el mecanismo fundamental para que la empresa pueda recibir las sugerencias de mejora tanto de la administración como de la sociedad civil y que el proyecto final sea mejorado».

De esto se habló en La Granja; de cómo hacer que las actuaciones amplíen el conocimiento sobre una especie o que produzcan la mejora a largo plazo de un ecosistema. «La necesidad de colaboración entre las administraciones, las privadas, centros de investigación y la sociedad civil fue una de las principales conclusiones que se obtuvieron», apuntan. Y es que el foro reunió a expertos de diversas entidades como el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), Acción por el Mundo Salvaje (AMUS), CEOE, Forética, Unión Española Fotovoltaica (UNEF), Asociación Empresarial Eólica (AEE), S&P Global Ratings, Redeia o Ecoacsa.

«Se identificó muy rápidamente la necesidad de estandarizar los procesos de intercambio de información entre los agentes. Como decíamos, se está produciendo muchísima. Para que sea de utilidad, es necesario que se integre de manera fácil. El Ministerio lleva tiempo trabajando en un proyecto de digitalización que permita mantener actualizadas las bases de datos del Inventario Español de Patrimonio Natural y la Biodiversidad. Es una herramienta vital para mejorar estos procesos de análisis y conocimiento», indica Tomé.

Casos de éxito de implantación de renovables

También se detectó la necesidad de colaborar con los centros de investigación y universidades. En el diálogo participaron las de Salamanca, Málaga, Oviedo y Rey Juan Carlos. «Se están realizando muchos proyectos para comprender el comportamiento de especies en España (aves y quirópteros), y se vio que cruzar el trabajo universitario con datos operacionales de los parques eólicos proporcionaría mayor conocimiento. De hecho, en el encuentro nos comprometimos a lanzar proyectos de colaboración para mejorar su trabajo», celebran los responsables.

En cuanto a experiencias exitosas, los expertos resaltan que «el desarrollo de plantas fotovoltaicas que aprovechan terrenos degradados para su construcción es quizás el ejemplo más claro». Iberdrola ha desarrollado varios proyectos en estas condiciones y «es increíble lo rápidamente que se recupera la naturaleza en estos entornos». Según sus estudios, esto se puede lograr en tan solo uno o dos años. «Nuestra expectativa es que vaya a más, pero es que las plantas fotovoltaicas son muy jóvenes todavía».

A su vez, distinguen dos herramientas «poderosas» para mejorar la convivencia: aplicar la jerarquía de mitigación y tener el compromiso empresarial de cumplirla. «Iberdrola tiene un objetivo de ser positiva en biodiversidad en el año 2030, pero no solo para sus nuevos desarrollos, sino también para todos los activos en operación (más de 700 en el mundo) y nuestras redes (más de 1,2 millones de km de líneas aéreas). El compromiso es muy retador, pero hay una firme voluntad de cumplirlo. Sin ser estrictos en minimizar los impactos, en colaborar con todos los agentes sociales y en buscar soluciones innovadoras no sería posible», manifiestan.

¿Qué es el Programa Convive?

El Plan de Biodiversidad de Iberdrola tiene un calendario de implantación gradual hasta 2030. Busca un impacto neto positivo tanto en ecosistemas como en especies. «Hemos definido las métricas cuantitativas que puedan garantizar el cumplimiento», avalan Tejedor y Tomé. Todo proyecto que comience su construcción a partir de 2025 ya tendrá que ser compatible con ese objetivo de neutralidad y tener definido su plan de acción para tal efecto.

«De los activos en operación, a finales del año que viene tenemos el objetivo intermedio de que, al menos, el 20% de nuestras plantas de generación ya hayan evaluado su impacto con respecto a las métricas y puedan garantizar el cumplimiento. El resto se irá sumando gradualmente hasta alcanzar el 100% en 2030», aseguran. «Por cómo hemos desarrollado nuestros proyectos tradicionalmente, tenemos muchos ejemplos de desarrollos que se han integrado perfectamente con su entorno y que han producido mejoras en la naturaleza. Esto incluye desarrollos tanto de energía eólica, como fotovoltaica e hidráulica».