
Seguridad
La última estrategia de los okupas: aprovechan una obra para asaltar una vivienda
La Policía pudo actuar a tiempo y efectuar el desalojo ante unos asaltantes que no cedían: "Nos quedamos a vivir"

"Un desahucio, otra okupación". Ese fue el mensaje de unos okupas tras ser desalojados de un edificio en San Blas.El desahucio llegó motivado por la denuncia de un vecino por mala higiene de unos perros tras casi tres años de okupación, como confirmaban los okupas: "Llevamos aquí más o menos dos años y medio, esto estaba deshabitado y nos metimos porque no había nadie". Este tiempo muestra la lentitud para resolver muchos de los casos de este tipo.
Ni la llegada de los juicios rápidos mediante la aprobación de la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminales suficiente en todos los casos de allanamiento o usurpación y menos aún en los de inquiokupación, que no pueden juzgarse por este procedimiento y están amparados por el Real Decreto-ley 11/2020. Algunos se logran atajar al momento, pero no es una tarea nada sencilla. El último caso en salir a la luz tuvo lugar también en Madrid, en el barrio de Hortaleza.
Robo y usurpación en un edificio en obras
En esta ocasión, no fue una simple okupación, aunque sí se pudo resolver rápido. Cuatro individuos intentaron entrar al interior de un edificio obras, pero fueron descubiertos por el encargado de la misma, cuyos gritos hicieron acudir a la Policía Municipal al lugar de la misma, según informa 'OkDiario'. El trabajador explicó que vio la puerta forzada, atrancada y a varios individuos en el interior, que se negaban a irse.
Además, los okupas se atrincheraron con las herramientas de la obra, valoradas en 10.000 euros. Pudieron ser vistos por los agentes, que al momento pidieron refuerzos, por una ventana. La Policía intentó negociar, pero la respuesta de los okupas fue contundente: "Nos quedamos a vivir". Pretendían quedarse en la planta baja del edificio, pero la Policía decidió ejecutar el desalojo de manera inmediata.
¿Por qué pudo desalojar la Policía al momento?
De forma habitual, la Policía no logra poder actuar sin orden judicial, pero en este caso había dos condicionantes que permitían la actuación. El primero era la inmediatez de los hechos. Los okupas apenas llevaban horas en el interior y había testigos de ello. El segundo motivo es que el edificio, al estar en obras, no reunía las características para ser una vivienda. Estas dos cosas, sumado a la autorización del propietario y del encargado de obra permitieron llevar a cabo el desahucio inmediato.
Cuando los okupas vieron que los agentes estaban listos para entrar, acabaron saliendo y siendo detenidos. Fueron acusados de usurpación y de robo. De los cuatro okupas, dos eran españoles, uno colombiano y uno cubano. Este caso es una muestra de que la presencia de testigos y la rápida actuación pueden provocar el desalojo inmediato sin necesidad de un proceso judicial, que suele ser largo y tedioso.
Los okupas no solo buscan viviendas en buen estado
Este caso muestra que a veces solo buscan un lugar cerrado, que ni siquiera tiene todas las condiciones para ser una vivienda. En las últimas semanas ha salido a la luz el nuevo objetivo de los okupas, las casetas de aperos. Son casetas o pequeñas construcciones situadas en las fincas o en los campos para guardar las herramientas o refugiarse del calor o mal tiempo durante las horas que se está en esas zonas rurales. Algunas son de un tamaño considerable y cuentan con sillones o colchones, que pueden ser ideales para un breve descanso, pero no cuentan con las condiciones mínimas de salud. Además, solo algunas tienen agua y luz.
Pese a ello,se han convertido en un objetivo por la poca seguridad jurídica que tienen los dueños de estas fincas con las casetas. Entrar a vivir en una caseta en mal estado y sin servicios básicos no constituye delito en muchos casos al no tener las condiciones mínimas para poder considerarse una vivienda. Esto lo convierte en un blanco fácil y genera grandes problemas a los dueños, que sufren para recuperar lo que les pertenece.
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