Religión
El último Camino Sinodial alemán amplía la brecha entre protestantes y católicos
Las jornadas han concluído con la aprobación de algunas propuestas que no concuerdan con las normas hasta ahora imperantes en la iglesia universal.
La semana pasada concluyó en Frankfurt la quinta y última sesión del Camino Sinodal alemán, un tortuoso proceso que ha suscitado en Roma no pocas resistencias. Y con razón. En efecto la asamblea sinodal- compuesta por 209 miembros incluidos todos los obispos germanos y otros tantos sacerdotes y laicos- ha concluido aprobando algunas propuestas que no concuerdan con las normas hasta ahora imperantes en la iglesia universal.
Sobre el celibato no se llegó a aprobar la abolición de su obligación para todos los sacerdotes de rito latino pero sí se pidió al Papa que los sacerdotes que decidieran casarse puedan seguir ejerciendo el ministerio y, en todo caso, que se involucren más activamente en la vida de la iglesia.
Sí que se aprobó la bendición para las parejas homosexuales que decidan casarse así como a los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil. Han recomendado que se preparen las celebraciones litúrgicas apropiadas para estos casos.
También fue votada positivamente la moción de promover el papel de la mujer en las ceremonias religiosas de modo que se les permita predicar en la misas. No se aprobó sin embargo que puedan presidir los matrimonios ni confesar.
La respuesta de Roma ha sido inmediata. El Secretario de Estado, el Cardenal Pietro Parolin, ha declarado que estas decisiones “no corresponden exactamente a la que es actualmente la doctrina de la Iglesia. "Una Iglesia particular, local, no puede tomar estas decisiones”. En concreto, citó una declaración de la Doctrina de la Fe del 2021 que se oponía a la bendición de las uniones entre parejas del mismo sexo.
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