Opinión
Uso del ácido hialurónico
Las enfermeras dermoestéticas llevan años sufriendo una persecución desmedida por realizar un trabajo para el que tienen competencias y conocimientos
A principios del mes de octubre el Juzgado de lo Penal nº 30 de Madrid absolvía a dos enfermeras acusadas de intrusismo por administrar ácido hialurónico con finalidades estéticas. Una técnica de sencilla ejecución y con pocos efectos secundarios que, por supuesto, una enfermera está plenamente capacitada para realizar. Las inyecciones intramusculares, subcutáneas e intradérmicas son una técnica que las enfermeras/os realizan con total competencia y autonomía desde hace décadas, y por otro lado la facultad para indicar todos los productos sanitarios y medicamentos no sujetos a prescripción médica se recoge en la Ley del Medicamento desde el año 2009. Tal y como se desprende de la sentencia, el ácido hialurónico es un producto sanitario y no un medicamento, por lo que su indicación e inyección no están excluidos de las competencias enfermeras. Es más, no existe una norma que excluya expresamente el procedimiento que nos ocupa atribuyéndolo a otro facultativo.
Desde la Organización Colegial de Enfermería seguimos sin comprender, ni tampoco aceptamos, que la indicación autónoma y la administración de este producto sanitario por vía subcutánea como relleno intradérmico sea una acción propia de otro profesional sanitario distinto de las enfermeras. Comprendemos que los distintos colectivos y corporaciones profesionales defiendan legítimamente sus intereses y quieran monopolizar la utilización de este producto sanitario, pero los representantes de enfermeras y los enfermeros vamos a hacer lo propio.
Hace mucho tiempo que desde la Organización de Enfermería afirmamos que no queremos participar en esta lucha de poderes. Nosotras solo trabajamos por defender los derechos y competencias de las enfermeras. En ningún caso queremos ocupar competencias que no nos corresponden. Pero siempre vamos a reivindicar con claridad y rigor que las enfermeras, por nuestra formación, responsabilidad y siguiendo el marco legal, somos profesionales sanitarias plenamente capacitadas y especializadas para la indicación y administración de este y otros productos sanitarios.
No estamos invadiendo ninguna competencia que no nos corresponda por nuestra formación universitaria. La enfermería es una profesión autónoma, afortunadamente desde hace muchos años, y plenamente regulada. Desarrollamos nuestra actividad basándonos en la evidencia científica, con principios y ética, y aportamos un gran valor al sistema sanitario. Resulta injusto que, teniendo en cuenta nuestra formación en fisiología y farmacología, entre otras, se nos niegue la habilidad para realizar un proceso tan sencillo como es la administración del ácido hialurónico.
Exigimos de una vez por todas que se reconozca la realidad de la profesión enfermera, que es totalmente interdisciplinar y que se basa en la evidencia, la ciencia y la investigación. Las enfermeras llevamos décadas administrando medicamentos por vía subcutánea, manejamos productos sanitarios complejos, peligrosos, y actuamos con total profesionalidad, rigor y seguridad. Negar nuestras capacidades no solo es injusto, sino que supone un insulto a nuestra profesionalización y formación.
No buscamos confrontación, solo reconocimiento. Las enfermeras y enfermeros no solo aseguramos una administración segura y de calidad, sino que contribuimos a eliminar el intrusismo en el sistema sanitario y a la vez garantizamos la seguridad de los pacientes.
Es hora de abandonar los enfrentamientos y trabajar en la misma línea para garantizar unos cuidados de calidad en el sistema. Las enfermeras dermoestéticas llevan años sufriendo una persecución desmedida por realizar un trabajo que está fundamentado en la evidencia científica. Esta sentencia supone una luz al final de un túnel que ya dura demasiado tiempo.