Ciencia
Así es el modelo digital del cerebro más completo creado hasta ahora: millones de neuronas funcionando como un sistema vivo
Un nuevo modelo digital realista del cerebro de un ratón marca un avance clave para estudiar enfermedades neurológicas en un entorno virtual
Un equipo internacional ha logrado algo que hasta hace poco sonaba a ciencia ficción: reconstruir en un ordenador la actividad completa de la corteza de un ratón. ¿La clave? Fugaku, un superordenador japonés que ha permitido mover casi diez millones de neuronas y más de 26.000 millones de sinapsis como si formaran un cerebro real.
El proyecto, coordinado por el Allen Institute de Seattle junto a varios centros japoneses, puede cambiar la forma en la que se estudian enfermedades como el alzhéimer o la epilepsia. Por primera vez, los investigadores pueden ver cómo se encienden los circuitos, cómo avanza una lesión o qué ocurre cuando se interrumpe una conexión concreta, todo sin tocar un solo animal.
Un cerebro digital que respira actividad eléctrica
Esta simulación no es un mapa estático. Reproduce la actividad eléctrica, los cambios químicos y las señales que pasan de una célula a otra. Para no sobrecargar el sistema solo se muestra una pequeña parte de las neuronas (un 1%), pero el patrón general es el de un cerebro en funcionamiento. “Es un hito técnico y, sobre todo, una prueba de que se pueden hacer modelos a esta escala”, explica Anton Arkhipov, del Allen Institute.
Detrás de todo está Fugaku, un superordenador capaz de realizar cientos de cuatrillones de operaciones por segundo. Su potencia permite manejar millones de neuronas a la vez y recrear su comportamiento con un nivel de detalle que antes obligaba a simplificar casi todo.
Gracias a esa capacidad, el modelo funciona como un laboratorio virtual: los científicos pueden provocar una crisis epiléptica, simular la muerte de neuronas o estudiar cómo una lesión altera la comunicación entre regiones del cerebro. Y todo sin repetir cientos de experimentos con tejido vivo.
El siguiente paso es ampliar la simulación a otras zonas del encéfalo del ratón. Más adelante, el objetivo es todavía más ambicioso: modelos completos y cada vez más complejos. La idea de un cerebro humano digital sigue siendo un reto lejano, pero después de este avance ya no parece tan imposible.