Cuando Steven S. DeKnight (el cerebro detrás de la serie) se unió a los productores Sam Raimi y Robert Tapert para crear esta serie, seguramente ni se les pasó por la cabeza que tenían entre manos un terremoto televisivo. Filmada en Nueva Zelanda y con un presupuesto que rozaba los cinco millones por episodio, la serie mezcla el drama histórico con un estilo visual de cómic adulto.

En la plataforma de FilmAffinity roza el 7,5/10 con decenas de miles de votos del público, y en IMDb es todavía mejor, alcanzando un notable casi sobresaliente (8,5/10). Además, en la web de reseñas Rotten Tomatoes presume de un 64% valoraciones positivas de los críticos, aunque todavía no ha sido puntuado por la audiencia. Y también triunfó en los Premios Saturn de 2010, donde Lucy Lawless ganó la estatuilla a 'Mejor actriz de reparto'.

La transformación de un hombre común en leyenda

La historia comienza con Spartacus (Andy Whitfield), un soldado traicionado por Roma, que es separado brutalmente de su esposa y obligado a convertirse en esclavo. Acaba en el ludus de gladiadores de Batiatus, donde sobrevive a base de sangre, astucia y pura rabia. En un mundo gobernado por la corrupción, el lujo decadente y la violencia como espectáculo, nuestro protagonista se gana el respeto de sus compañeros y se convierte en el luchador más temido de la arena. Pero su verdadera lucha empieza fuera de ella: contra un sistema que lo convirtió en mercancía y contra los hombres que destruyeron su vida.

Con el tiempo, su desafío individual se convierte en una rebelión colectiva. A lo largo de las temporadas, la serie sigue su ascenso como líder de un ejército de esclavos decididos a derribar la República Romana desde dentro. Cada temporada lleva la tensión un paso más allá, hasta llegar a una guerra abierta que cambia el destino de todos sus personajes: la primera entrega se titula Sangre y arena, la segunda es Venganza y la última se llama Guerra de los condenados, cuyos nombres van dando pistas de lo que sucede en cada una de ellas.

'Spartacus' es la serie en cuestión, y si quieres disfrutar de ella, será imprescindible que estés suscrito a Netflix, la única plataforma donde se encuentra disponible a día de hoy. Consta de 3 temporadas principales y una precuela, con 39 capítulos en total, cada uno con una duración aproximada de 55 minutos.