Espacio

Denuncian que la NASA corre el riesgo de matar a un astronauta: "Nadie vendrá a salvarnos."

La NASA vive sumida en una "cultura de miedo y silencio" que, según denuncian empleados de la agencia espacial estadounidense, podría acabar costando la vida a un astronauta por los recortes de la era Trump

Logotipo de la NASA
Logotipo de la NASAistockistock

La histórica ventaja científica y tecnológica que Estados Unidos ha ostentado durante décadas en la exploración espacial se encuentra en una encrucijada. La amenaza, sin embargo, no proviene de los avances de potencias rivales como China, sino de una crisis interna que está corroyendo los cimientos de la NASA. Denuncias de empleados de la propia agencia alertan de que los recortes y una creciente parálisis podrían erosionar un liderazgo que hasta ahora parecía indiscutible.

Con la administración espacial estadounidense inmersa en estudios de tanta importancia como las posibles consecuencias de destruir un asteroide que se dirige a la Luna con dos dispositivos nucleares, las dudas que se deslizan desde la Casa Blanca en cuanto a la asignación presupuestaria para la NASA preocupan a todos los empleados, que ven peligrar una carrera que Estados Unidos ha liderado en gran parte de la historia.

El fantasma del Columbia y el riesgo de una nueva tragedia

El epicentro de esta tormenta se encuentra en la propuesta de la administración del presidente Donald Trump de aplicar un recorte del 24% al presupuesto de la agencia para el año 2026. Esta medida supondría una reducción drástica de los fondos, pasando de los 24.800 millones de dólares actuales a 18.800 millones. Aunque el Congreso norteamericano aún debe dar su visto bueno, la propuesta ya ha desatado una enorme tensión dentro del organismo.

Esta situación ha generado un clima laboral tóxico, donde los trabajadores temen sufrir represalias si alertan sobre fallos de seguridad o problemas de rendimiento en los equipos. Según un informe del Comité Senatorial de Comercio, Ciencia y Transporte de Estados Unidos, del que se hace eco el medio Futurism, algunos funcionarios estarían incluso presionando para aplicar los recortes sin esperar a la preceptiva aprobación legislativa, fomentando una preocupante "cultura de miedo y silencio".

En este contexto, uno de los hechos más graves denunciados es la neutralización del Programa Ombuds de la NASA. Este organismo independiente, creado precisamente tras el desastre del Columbia en 2003 como un cortafuegos para reportar problemas de seguridad, ha sido silenciado. En la práctica, esto supone desmantelar una de las lecciones más importantes aprendidas de aquella catástrofe, eliminando un canal vital para prevenir futuros accidentes.

Por todo ello, la advertencia que lanzan los denunciantes es desoladora y directa: la agencia espacial estadounidense podría estar abocada a la muerte de un astronauta en los próximos años. La combinación de una drástica reducción de personal, la presión presupuestaria y el silenciamiento de las voces críticas está llevando, según ellos, la seguridad de las misiones tripuladas a un límite que consideran a todas luces insostenible.