“Tenemos tu colección de porno”: la nueva forma de extorsión más peligrosa

El planteamiento es tan sencillo como aterrador: los ciberdelincuentes se están poniendo en contacto con sus víctimas para decirles que, si no pagan, publicarán en internet sus hábitos de consumo de pornografía. Así de sencillo y complejo al mismo tiempo, pues no sólo estarían perjudicando su vida personal, sino también la profesional. De hecho, si bien el foco lo tienen puesto sobre altos ejecutivos, cualquier sujeto les vale con tal de sacar un rendimiento económico.

Así lo avisa la BBC, que recoge el testimonio de un profesional que se ha visto implicado en un conflicto parecido: recibió un mensaje en el que se le contaba que un grupo de hackers había accedido a su ordenador y descargado su colección privada de pornografía para, después, chantajearle. Pero la cosa no queda aquí: esta misma organización también es conocida por haberse introducido en las bases de datos de clínicas de estética para amenazar a doctores y pacientes con publicar imágenes del antes y del después de una operación.

Esto que suena a ciencia ficción, no es realmente nuevo. Según la cadena, ya existen otros precedentes que pusieron en alerta a las autoridades. Sus artífices suelen moverse a través de la Deep Web, lo que dificulta muchísimo la labor policial a la hora de encontrarlos y parar este tipo de ataques.

El término técnico que se utiliza para calificar a estas operaciones es ransomware. Éste comenzó como una vía para atacar a personas de alto poder adquisitivo. Sin embargo, a día de hoy, se dirigen contra cualquier persona. A veces, el objetivo lo determina el dinero, pero la mayor la parte de las ocasiones es la suerte la que fija una nueva víctima.

Uno de los casos más conocidos en España tuvo lugar en 2017: Wannacry. Este virus afectó a numerosas empresas de 150 países y decenas de miles de ordenadores afectados. Las cifras, según Europol, alcanzaron los cerca de 250.000. Entre las afectadas se encontraban Telefónica, Renault, Petrochina, el Servicio Nacional de Salud británico... ¿El objetivo? Bloquear su actividad a cambio de un pago en bitcoin.