Metaverso Facebook
Esta compañía vende humanos digitales para el Metaverso de Facebook
Y ya trabaja con la OMS, universidades y empresas. Aunque algunos señalan que se trata de una forma de esclavitud
Si bien el Metaverso que propone Zuckerberg (independientemente de sus razones) puede parecer un proyecto lejano, la realidad es que no solo hay gadgets dedicados a este nuevo mundo sino que también hay empresas que lo han visto como una oportunidad única: la de vender humanos digitales para este Metaverso.
Aquí es cuando aparece la compañía Soul Machines, con sede en Nueva Zelanda. Soul Machines fue creada por Greg Cross, quien creó la empresa de tecnología wireless PowerbyProxi, que se vendió a Apple en 2017 por más de 100 millones de euros y por Mark Sagar doctor en ingeniería y ganador de dos Oscar por su trabajo en efectos especiales.
La idea de Soul Machines es crear humanos digitales basados en inteligencia artificial para que sus “dueños” los clientes los utilicen en tareas como servicio al cliente, videos promocionales, sanidad y educación. Sin embargo, la compañía también tiene la mirada puesta en el futuro: quieren crear una fuerza de trabajo en estos… ¿seres?
“Cuando jugamos un juego, adoptamos una determinada personalidad, cuando entrenamos al equipo de fútbol de nuestros hijos adoptamos otra, al igual que cuando nos reunimos con amigos o estamos con nuestra pareja – explica Cross en una entrevista – . Como seres humanos, siempre estamos ajustando nuestra personalidad. Con los humanos digitales, podemos crear esas mismas construcciones”.
Lo interesante de esta tecnología es que no se trata de información transmitida por un avatar, como una Alexa con rostro y reconocimiento facial que le permite identificar nuestras emociones. Sus respuestas e interacciones no están grabadas previamente. Al basarse en una inteligencia artificial puede responder a cada momento como una interacción natural. De hecho por ahora la tecnología solo permite al avatar usar su rostro y algunos movimientos de las manos, pero en breve podrá usar todo su cuerpo, lo que le permitirá, por ejemplo, dar instrucciones para ejercicios de recuperación o actuar como intérprete del lenguaje de señas.
Soul Machines ya trabaja con la Organización Mundial de la Salud, la Universidad de Maryville, el banco Westpac, la policía de Nueva Zelanda y la empresa de cosmética SK-II. Uno de sus avatares, Ruth es una “maestra panadera” digital que trabaja para Nestlé.
Todo el sistema se ejecuta en un sistema operativo con el extraño nombre de Humans OS 2.0. Se trata de una plataforma de animación autónoma con un cerebro digital que permite a la IA aprender de sus interacciones con personas reales.
Si bien el proyecto inicial es que esta IA pueda satisfacer las necesidades futuras de los humanos de carne y hueso, dentro y fuera del metaverso, el futuro es más sorprendente.
“En algún momento en el futuro – explica Cross –, es posible que pueda crear una versión digital de usted mismo o varias versiones de usted mismo, y ellos pueden, por ejemplo, ganar dinero mientras nosotros hacemos otras cosas”. También pueden actuar como asistentes sanitarios, respondiendo todas nuestras dudas (ya que contarían con acceso a nuestro historial médico) y aconsejándonos rutinas de recuperación post-operatorias.
Pero hay muchas polémicas. Crear personas digitales con la capacidad de aprender y cuyo único propósito sea trabajar para humanos reales plantea una gran cantidad de cuestiones éticas difíciles de resolver. En primera instancia, por más que no sean seres humanos, sí demuestran inteligencia y se trataría de una suerte de esclavitud, al menos una servidumbre digital. También sería necesario establecer los límites con los que podamos interactuar con estos seres digitales. ¿Cuál es el límite de las cosas que podemos pedirles que hagan?
Son todas estas preguntas que aún no tienen respuesta, pero que debemos resolverlas muy pronto.
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