
Aviación
Aviones furtivos: ¿Cómo logran ser 'invisibles' y qué los hace tan especiales?
Algunos de sus mayores exponentes son el F-35 Lightning II o el B-2 Spirit

En el complejo mundo de la aviación militar, hay un concepto que resulta a menudo recurrente y malinterpretado. Este es el de la tecnología furtiva. Aviones como el F-35 Lightning II o el B-2 Spirit son auténticos hitos de la ingeniería moderna, diseñados para eludir los sistemas de detección del enemigo y operar en entornos con una visibilidad reducida al mínimo. Pero, ¿cómo logran estos aviones su aparente 'invisibilidad'? La clave está en una combinación de diseño aerodinámico, materiales avanzados y soluciones tecnológicas orientadas a minimizar su firma ante radares, sensores térmicos y acústicos.
El diseño, aspecto clave
Uno de los elementos más llamativos de los aviones furtivos es su silueta angular, con superficies planas y bordes afilados que contrastan con las curvas tradicionales de la aviación. Esta forma permite dispersar las ondas de radar y evitar que regresen directamente al emisor, reduciendo así la probabilidad de detección.
A esto se suma el uso de materiales compuestos y recubrimientos especialesconocidos como RAM (Radar Absorbent Material), capaces de absorber parte de la energía electromagnética. Estos recubrimientos, fabricados con mezclas de fibras de carbono y otros materiales conductores, no son infalibles: el desgaste por factores como la lluvia, la radiación solar o incluso el simple roce con el aire obliga a realizar tareas de mantenimiento frecuentes.
Según informó la Fuerza Aérea de Israel en declaraciones recogidas por Aviación Online, estas aeronaves se someten a limpiezas cada pocas semanas, aunque la periodicidad depende del modelo. El F-35, por su tamaño, es más fácil de mantener. Mientras algunos ejércitos utilizan sistemas automatizados, otros aún recurren a la limpieza manual, con estrictos protocolos para no dañar los materiales .
Minimizar la firma infrarroja
La tecnología furtiva no se limita solo al radar. Los aviones de este tipo también incorporan sistemas para minimizar su firma infrarroja, como escapes especiales que enfrían los gases y reducen su visibilidad ante sensores térmicos. Además, se trabaja en motores más silenciosos para evitar la detección acústica, aunque este sigue siendo uno de los mayores desafíos en el sector.
Sistemas de radar de baja frecuencia o sensores pasivos pueden, en determinadas circunstancias, detectar su presencia, aunque con menos precisión que en el caso de aeronaves convencionales. Además, cuando estos aviones transportan armamento externamente, su nivel de furtividad se reduce considerablemente. Y, por supuesto, también pueden ser vistos a simple vista si se dan las condiciones adecuadas.
La carrera por el dominio de esta tecnología continúa. A medida que los sistemas de detección se perfeccionan, los desarrollos en aviación furtiva también se aceleran. China y Rusia avanzan con sus propios proyectos, mientras Estados Unidos prepara el despliegue del B-21 Raider, el próximo bombardero estratégico furtivo.
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