Tecnología militar

‘Cucarachas de combate’, los robots terrestres kamikaze que Rusia está fabricando con hoverboards

El grupo de voluntarios rusos Dva Mayora los está reciclando para convertirlos en vehículos terrestres no tripulados con capacidades ofensivas y defensivas

‘Cucarachas de combate’, los robots terrestres kamikaze que Rusia está fabricando con hoverboards.
‘Cucarachas de combate’, los robots terrestres kamikaze que Rusia está fabricando con hoverboards.X.

Un grupo de voluntarios rusos está construyendo robots terrestres, que pueden usarse para ataques suicidas, transportar suministros o desplegar cortinas de humo, uniendo hoverboards, dispositivos de transporte personal también conocidos como patinetes o scooters autoequilibrados.

El pasado mayo, el grupo Dva Mayora, que puede traducirse como ‘Dos Oficiales Mayores’, lanzó una iniciativa para que la gente les donara sus hoverboards antiguos, según informa Interesting Engineering. Estos dispositivos suelen desplazarse a 12 kilómetros por hora y tienen una autonomía de 3 horas con una carga de su batería. Están disponibles desde poco más de 100 euros nuevos y por menos de segunda mano.

Videos publicados por Dva Mayora muestran a técnicos combinando dos hoverboards en una máquina de cuatro ruedas que han apodado ‘la cucaracha de combate’. También que es capaz de atravesar varios tipos de terreno, incluyendo hierba alta, y desplegar una bomba de humo del tamaño de una mina antitanque, lo que indica capacidad tanto defensiva como ofensiva.

En un video publicado el 4 de julio, el grupo mostró robots terminados listos para ser enviados y los describió como kamikazes, asegurando que había más en el almacén y apelando a los donantes para que enviaran más hoverboards.

Dva Mayora no es el primer grupo en recurrir a hoverboards como plataforma robótica. Hay comunidades de hackers de hoverboards que comparten diseños online para usarlos como robots de entrega y en otros proyectos. Un diseño habitual usa dos hoverboards, un procesador barato como Raspberry Pi con software de código abierto, un controlador de radio y un cuerpo hecho de metal y de plástico impreso en 3D.

La diferencia es que tales dispositivos no se han usado como vehículos terrestres no tripulados, o UGVs, en una guerra. Los UGVs militares no solo son más grandes y capaces, sino que también resultan mucho más costosos. Ucrania opera unos pocos suministrados por sus aliados, pero estos cuestan alrededor de un millón de dólares cada uno. Rusia tiene máquinas igualmente avanzadas, pero no hay constancia de su presencia en Ucrania, quizás por ese elevado coste. El interés parece haberse movido a máquinas más pequeñas construidas en garajes, que son más prescindibles.

El UGV hoverboard lleva esta economía de medios al extremo. Este diseño sencillo no parece tener una cámara, pero se controla remotamente, posiblemente usando la cámara de un dron desde el aire. Los fabricantes dicen que puede ser utilizado desde 2 kilómetros de distancia y puede llevar hasta 100 kilogramos. Mientras que los robots militares tardan años en desarrollarse, este fue desplegado en semanas y probablemente costó unos pocos cientos de euros por unidad.