Aviación
España, en evidencia: es el único de los cinco potenciales clientes del F-35 que aún no ha decidido su compra tras el anuncio de Rumanía
Bucarest se suma a Polonia, Grecia y Singapur en este club de nuevos compradores del F-35
El Consejo Supremo de Defensa rumano (CSAT) ha confirmado la intención de compra de aviones de combate de quinta generación F-35. “El proceso de modernización de la fuerza aérea continuará mediante la adquisición de aviones F-35 de última generación”, explica la CSAT en un comunicado emitido esta semana, días después de que se conociese la solicitud de compras militares que ha realizado el Ministerio de Defensa Nacional por un importe total de 10.000 millones de euros. En este listado no se especifican planes para hacerse con los aviones de Lockheed Martin, que sin embargo Rumanía ya había señalado anteriormente.
El país, que ahora está recibiendo aviones de combate F-16 de segunda mano provenientes de Noruega, ya había apuntado que en su estrategia se encuentra contar con aviones de quinta generación F-35, que espera recibir en la próxima década. El país es uno de los cinco que EEUU identificó en un informe oficial de 2019 como compradores potenciales de F-35. De los demás (Singapur, Grecia, Polonia y España), únicamente España aún no ha anunciado planes para adquirir estos aviones, si bien se espera que lo acabe haciendo, principalmente para contar con unidades de la versión F-35B, únicos actuales capaces de operar en el buque español Juan Carlos I.
El comunicado emitido este martes por la CSAT da un salto de entidad en la estrategia rumana, al poner negro sobre blanco en un documento oficial su intención de compra del avión de combate estadounidense de quinta generación. De este modo, Bucarest se suma a Polonia, Grecia y Singapur en este club de nuevos compradores del F-35. La guerra de Ucrania se contempla entre los principales impulsores del incremento de compradores de estos aviones que se están produciendo en los últimos meses, aunque desde algo antes ya se estaban sumando algunos. En los siguientes párrafos se repasan estos movimientos.
Singapur anunció el pasado febrero que completará la flota de una docena de aviones de combate de quinta generación F-35B en la que lleva tres años trabajando, desde que en enero de 2020 el Departamento de Estado de Estados Unidos autorizó la operación, estimada entonces en 2750 millones de dólares, para hacerse con estos aparatos. Se trata de la misma variante (la B), y el número mínimo, que la Armada española quiere para sustituir a los AV-8B con los que actualmente opera desde el buque Juan Carlos I.
Grecia confirmó su entrada en este grupo cuando el pasado julio, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, reveló la “intención de adquirir un escuadrón de F-35 con la posible opción de un segundo”, al tiempo que Atenas envió una carta de solicitud (LoR, como es conocido esta fórmula por sus siglas en inglés) en la que concreta la solicitud de una veintena de estos cazas para completar ese primer escuadrón.
Polonia fue el primero de los cinco países citados por el Pentágono hace ahora cuatro años como compradores potenciales del modelo que confirmó su adquisición. A principios de 2020, EEUU aceptó la venta al país de 32 F-35 por 4.600 millones de euros.
Más allá de este grupo de cinco compradores previstos, del que España se ha quedado ahora como el único de ellos que aún no ha confirmado su intención de compra, en los últimos meses se han sumado nuevos clientes del F-35.
Alemania y Canadá lo compran tras rechazarlo
Alemania, que llegó a oponerse ferozmente a que ni tan siquiera se hablase de una posible compra de F-35 (llegó a destituir al jefe de su fuerza aérea por hacerlo) acabó el pasado diciembre aprobando la compra de 35 unidades en un paquete estimado en 10.000 millones de euros.
Chequia confirmó oficialmente el pasado verano el inicio del proceso de compra de 24 F-35, tras la correspondiente autorización del consejo de ministros del país a su ministerio de Defensa.
Finlandia formalizó a principios del año pasado la compra de 64 unidades del F-35 para sustituir su anticuada flota de F-18 Hornet.
Suiza decidió en 2021 la adquisición de 36 F-35A por algo más de 5.000 millones de francos (más de 5.100 millones de euros al cambio actual)
Canadá también ha pasado a negociar con Lockheed Martin la compra de 88 unidades del caza de quinta generación que hasta hace unos meses rechazaba adquirir, en un caso similar al de Alemania. Aunque la particularidad canadiense es es uno de los países los socios del programa (los otros son, además de Estados Unidos, como líder absoluto, Reino Unido, Italia, Australia, Dinamarca, Países Bajos y Noruega, después de que Turquía quedase fuera en 2019).
Fijando la mirada en Europa, tenemos, por tanto, que ya hay una docena de países del viejo continente que disponen del F-35 o lo están adquiriendo. El próximo también podría ser Austria, de la que hace unos meses trascendió que su ministerio de Defensa ha estado recopilando información para evaluar la compra a Lockheed Martin. Viena lleva un lustro debatiéndose sobre qué hacer con su actual flota de aviones de combate Eurofighter, de fabricación europea, y cuya compra, encargada en 2003, se llegó a plantear rescindir por no ver claras las circunstancias de su compra, si bien ahora se ha conocido que entre sus posibles planes también se incluye la modernización de los Eurofighter.
10.750 millones previstos por Madrid
En cuanto a España, se conoce que Defensa solicitó en mayo de 2021 información no vinculante sobre una posible compra a EEUU de F-35, pero sin concretar aún un número de aeronaves. Aunque la brújula que más claramente apunta hacia esta posibilidad es la que se incluye en los últimos presupuestos de Defensa. En ella se contempla una previsión de gasto de 6.250 millones de euros en parte para el reemplazo de los actualesaparatos de despegue corto y aterrizaje vertical (STVOL) AV-8B de la Armada, lo que pone la mira directamente en el avión norteamericano; principalmente porque la variante F-35B es la única capaz de operar en buques como el Juan Carlos I español.
Se da la circunstancia de que en la misma partida de 6.250 millones figura una segunda fase de sustitución de la flota española de cazas F-18 (hay una primera fase de reemplazo de más F-18, conocida a la vez que la segunda y estimada en otros 4.500 millones de euros), lo que también ha abierto la puerta a las sospechas de que el propósito de Madrid incluye igualmente la compra de unidades de la variante convencional, F-35A.
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