
Inteligencia Artificial
Una IA que detecta conductas suicidas: el proyecto de un ingeniero coruñés
La inteligencia artificial ya puede detectar la depresión en sus primeras fases o el riesgo de suicidio a través de las redes sociales, un avance desarrollado por un ingeniero coruñés y premiado como la mejor tesis doctoral del año

El próximo gran reto para el ingeniero coruñés Miguel Anxo Pérez Vila es que su creación aprenda a hablar un español perfecto. Acaba de desarrollar un sistema de inteligencia artificial capaz de detectar tendencias suicidas analizando la actividad en redes sociales, un trabajo que ya le ha valido un galardón a la Mejor Tesis Doctoral de 2024, concedido por la Sociedad Española para el Procesamiento del Lenguaje Natural. Ahora, el desafío consiste en adaptar el modelo, entrenado mayoritariamente con datos anglosajones, para que funcione con la misma precisión en el mundo hispanohablante.
De hecho, la clave de su funcionamiento se aleja de la simple caza de palabras como «tristeza» o «depresión». La tecnología se sumerge en los principios de la psicolingüística para encontrar rastros sutiles pero identificables que los trastornos mentales dejan en la forma de expresarnos. Analiza la estructura de las frases y el lenguaje que una persona utiliza por escrito para identificar patrones que puedan delatar una depresión incipiente.
En este sentido, el sistema no salta la alarma por una publicación aislada, un matiz que define su fiabilidad. Su verdadera fortaleza reside en la acumulación de evidencias a lo largo del tiempo, lo que le permite construir un perfil de riesgo con una base sólida y continuada, en lugar de reaccionar a un comentario puntual que podría sacarse de contexto.
Una red de seguridad digital para la salud mental
Por ello, el objetivo final no es la vigilancia, sino la prevención pura y dura. Una vez que la herramienta detecta un posible caso de riesgo, su función es activar protocolos para ofrecer ayuda de forma proactiva a la persona. No se trata de exponer a nadie, sino de tender una mano amiga en el entorno digital, sugiriendo discretamente teléfonos de atención o el acceso a chats de apoyo con profesionales.
En definitiva, la tecnología se convierte en un puente discreto y anónimo que conecta a quienes sufren en silencio con quienes pueden ayudarles. La propuesta de Pérez Vila busca utilizar la inteligencia artificial no como un fin en sí mismo, sino como un medio para facilitar el acceso a recursos vitales que, en el momento adecuado, pueden marcar la diferencia.
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