Televisión
«Vamos Juan»: un canto al patetismo (político)
Javier Cámara vuelve a dar vida a Juan Carrasco, un hombre que no tiene nada que contar pero cuyo intento por pertenecer a las altas esferas no perece
La ficción suele salvarnos de las injusticias de la realidad. Desde su casa y junto a su familia, Javier Cámara explica con ojos brillantes que «la realidad nos está golpeando de una manera tan brutal que la ficción no puede pelear contra ella». Por ello, ahora más que nunca son necesarias las series que nos evadan de lo que vivimos y, por qué no, las comedias en particular. El actor protagoniza «Vamos Juan», serie de TNT que ayer se estrenó en forma de maratón y que está disponible bajo demanda. Se trata de la secuela de «Vota Juan» y muestra de una manera tan incómoda como interesante a Juan Carrasco (Cámara), ex vicepresidente de España y antiguo ministro de agricultura que, dos años después de haber rozado con sus propias manos la cima del poder y tras haber dejado aparte su vida política, se encuentra en un instituto de Logroño dando clases de biología.
Explica Cámara que la serie de 8 episodios se mueve alrededor «de la venganza y el rencor» que siente no solo el protagonista, sino también el resto de los personajes. «Queríamos poner a todos en un estado de no retorno: Macarena (María Pujalte) ha vuelto a trabajar en un diario logroñés haciendo artículos sobre carreras de caracoles, la mujer de Juan está deseando separarse de él pero no tiene donde ir, e incluso el padre de Jorge (Jesús Vidal) se está muriendo de cáncer e intenta que su hijo se coloque laboralmente», explica Cámara. Todo ello, a través de una trama que aborda la política de tal manera que «queríamos darle la razón a aquel político del PP que nos dijo que la serie (“Vota Juan”) era más un documental que otra cosa». En cuanto a la secuela, «nos apetecía mucho darle una parte más oscura a la serie, cambiarle el tono», continúa el actor, «queríamos tocar temas como el Opus Dei o el 11-M, aspectos que no hubiéramos visto anteriormente en ninguna otra comedia». Con esto, la serie «nace desde la incomodidad y del silencio» con el fin de contar los entresijos políticos no solo actuales, sino más bien de siempre. Un toque de atemporalidad necesario para dar vida a una serie en lugar de hablar simplemente sobre política, prefiere centrarse «en la humanidad de los políticos», en aquella parte de atrás que nunca nos permiten conocer.
Tan solo un pobre hombre
También se podría definir «Vamos Juan» como un canto al patetismo. Y no únicamente por mostrar a políticos consumiendo cocaína, amenazando a los que alguna vez fueron sus compañeros o privando a aquellos que no son «rentables» políticamente. Sino porque la serie muestra a un Juan Carrasco mediocre: «Es una especie de alacrán que pica a todos los que están alrededor», añade el actor, «queríamos mostrar un personaje muy patético y también muy indeseable». Asimismo, afirma de manera rotunda Cámara que «hay “Juanes Carrascos” no solo en política, sino en todos lados», ya que es un personaje que «realmente no tiene nada que contar en el territorio político». «No nos interesaba ver qué contaba, sino ver que no tiene nada que decir, que no hay nada detrás, que solo es un pobre hombre que intenta sobrevivir en el marasmo del barro y que intenta no ahogarse más de lo suficiente». En esta secuela, Cámara ha tenido la oportunidad de debutar como director de uno de los episodios: «Es un capítulo burbuja, estaba más permitido cagarla», explica entre risas. «El trabajo de producción es brutal, un actor nunca es consciente de ello», explica. «La iluminación, los colores, el sonido... Fueron meses y meses de decisiones, tuve que generar un criterio, fue un aprendizaje muy bonito», explica Cámara, añadiendo que la experiencia ha sido mejor si se tiene en cuenta la participación en el capítulo de Anna Castillo, que da vida a la fan número uno de Juan Carrasco y, quién sabe, quizá no sea la única.
✕
Accede a tu cuenta para comentar