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«Physical»: ¿y si sudar te hace mejor persona?
La plataforma estrena esta serie sobre la crisis del «sueño americano» de un ama de casa que encuentra refugio en el aeróbic
Una vez despertado el amor por que el contexto de algunas series vuelvan a los años 80 y 90 como es el caso de «Stranger Things», «Paraíso», «Glow» y «Los Goldberg», la caja de los recuerdos está abierta. Ahora Apple TV+ saca de ella la cinta del pelo, los calentadores y las películas de VHS, y estrena al ritmo de «Physical» de Olivia Newton-John, la serie que con el mismo nombre nos traslada al San Diego, California, de 1981. Allí vive Sheila Rubin, interpretada por Rose Byrne, una ama de casa silenciada por un matrimonio disfuncional con un marido chovinista dedicado a la política y una hija chillona, y que sufre en silencio una vida frustrante llena de ira y odio en pleno nacimiento de la era conservadora de la presidencia de Ronald Reagan.
La primera secuencia ya nos hace viajar atrás en el tiempo con elementos que la creadora de la serie, Annie Weisman (guionista y productora de «Mujeres desesperadas») estudió al dedillo. La imagen que nos presenta es la de una mujer que carga con una bulimia compulsiva que vemos en su máximo esplendor cuando saca cada día 50 dólares de su cuenta de ahorros para sufragarse varias hamburguesas, patatas fritas y un batido de chocolate. Alquila una habitación de motel y tras desnudarse se da el atracón para luego vomitar y volver a aparentar una vida satisfecha y feliz. Angustiada por su cuerpo y su vida a medias, oímos constantemente, quizá en exceso, los reproches que se lanza a sí misma ya que sus pensamientos son la voz en off, que no sólo van contra ella misma («gorda», «fea»), si no contra todos y todo lo que la rodea. Weisman ha confesado que hay mucho de ella en la serie: «Llegué a un punto de mi vida en el que me di cuenta de que realmente no había escrito sobre mis propios secretos vergonzosos. El más vergonzoso fue este trastorno alimentario de décadas. Realmente no lo había visto expresado de la forma en que lo experimenté: una enfermedad secreta, peligrosa y difícil. Me fui el fin de semana y me senté debajo de un árbol y lloré. Y luego comencé a escribir el guión».
El personaje de Sheila movida por conseguir dinero para una cuenta bancaria menguante y poder ayudar a la campaña estatal de su marido, encuentra su «cura» en la práctica del aeróbic. Durante 10 capítulos la veremos empoderarse gracias a lo que al principio sólo es ejercicio, pasa a ser vocación y, tras descubrir el filón de los VHS para el mercado doméstico, rescatará su mente capitalista y se convertirá en gurú del fitness y creará su propio imperio al más puto estilo Jane Fonda, Raquel Welch, Olivia Newton-John, John Travolta... «Ahora todo el mundo es ’'influencer’' de algo, ya sea por una empresa de velas o un blog de estilo de vida. Pero eso fue el comienzo», declaró Weisman.
Gracias al director australiano Craig Gillespie, responsable de «I, Tonya» y de dirigir el primer episodio de «Physical», la serie ahonda en la decadencia del «sueño americano», los peinados imposibles, y triunfa como comedia negra salpicada de guiños ochenteros en la ropa gracias al trabajo de Kameron Lennox, diseñador del vestuario plagado de mallas. La música de Depeche Mode y Pat Benatar hacen mucho por la liviandad de la serie enmarcada en lo que ahora se llama «realismo sarcástico», pero que adolece de no profundizar mucho en las neuras de los protagonistas. Cabe destacar la interpretación de la exasperante, parlanchina y «gorda» Deirdre Friel como Greta, y la misteriosa profesora de aeróbic «Bunny», interpretada por Della Saba.
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