Nueva era

La mirada talibán a la corresponsal de CNN en Afganistán

Clarissa Ward narra en su Instagram su encuentro con el jefe de policía de vicios y virtudes

Clarissa Ward en agosto de 2021
Clarissa Ward en agosto de 2021Brent SwailsAP

Malos tiempos para ser una mujer en Afganistán después de la retirada de las tropas militares de viarios países y que los talibanes retomaran el poder en la región. Y la situación empeora si además eres mujer y periodista, como ha podido constatar la corresponsal de la CNN Clarissa Ward, que ha tenido que enfrentarse a la mirada escrutadora de un jefe talibán de la policía de vicios y virtudes que le ha dedicado una “mirada sucia” como ha compartido la periodista en su Instagram.

Tras el cambio de poder, Clarissa Ward se ha erigido en defensora de los derechos de las mujeres en Afganistán, lo que le comprta más de un problema o inconveniente como el último sufrido en Ghazni. Según cuenta ella misma en sus redes sociales, ““No es necesario hacer zoom para ver cuánto disfruta el jefe de la Policía de Vicios y Virtudes recién resucitada (y muy temida) en Ghazni, al sentarse a hablar conmigo”.

Se refiere a Mawlavi Abdullah Mohammed, el jefe de la policía de vicios y virtudes que “estaba ansioso” por mostrar a la periodista un nuevo libro de los talibanes “con reglas sobre cómo deben llevar a cabo su trabajo (alerta de spoiler, mucha persuasión suave y mucho menos flagelación”, que según Ward es “un intento de mejorar la imagen de los grupos y mostrar que han cambiado”.

Según la periodista, el nuevo libro habla de “utilizar el poder de la sugestión (en oposición a la fuerza bruta) para persuadir a las personas de que obedezcan su interpretación de la sharia”. Para ello se sigue un sistema de aviso antes de cualquier uso de la represión: “si alguien desobedece, la primera vez simplemente le dices amablemente por qué es malo, la segunda vez, lo repites y la tercera vez “le hablas con un poco de dureza”. Solo después de eso podrás castigarlos”.

Como contrapunto, Clarissa Ward cuenta el caso que consiguieron averiguar en Kabul que demuestra que “no todos los luchadores siguen las pautas”, ya que entrevistaron a “un joven que fue azotado por tres combatientes talibanes cuando encontraron contenido gay en su teléfono. “Recuerdo sus caras, daban tanto miedo. Disfrutaban golpeándome “. Sin embargo, en todo el país, hay muchos afganos que aplauden a los talibanes por impartir una justicia dura pero rápida. Esta fue una historia desafiante por muchas razones, pero también fascinante”.

La periodista sigue recibiendo cientos de mensajes de apoyos por su labor “valiente” en defensa de las mujeres en la actual Afganistán y que loan su labor periodística y ser capaz de narrar historias como esta.