Puro periodismo

La aplaudida reflexión de Óscar Mijallo desde Ucrania sobre el reporterismo mientras sonaban las sirenas

El reportero de conflictos conectó ayer en directo con las antiaéreas como ruido de fondo

Óscar Mijallo en conexión con Xabier Fortes
Óscar Mijallo en conexión con Xabier FortesRTVE

El reporterismo de guerra, uno de los sectores más olvidados del periodismo, vuelve estos días, por desgracia, a primera plana. Documentales como «Morir para contar» y las pérdidas de reporteros como David Beiriain y Roberto Fraile el pasado año nos recuerdan el gran riesgo que corren estos enviados especiales, no exentos de todos los peligros que supone un conflicto, al igual que el resto de civiles locales.

Pero más allá del riesgo que corren, como manifestaba hace unos días en «The Wild Project» Arturo Perez Reverte, en el reportero de guerra hay una conciencia moral especial que toma conciencia y empatiza con el terreno que pisa. Así lo corroboró ayer en el Telediario del canal 24 horas el experimentado reportero Óscar Mijallo. Justo cuando estaba en plena conexión con el presentador Xabier Fortes, sonaban las sirenas antiaéreas para avisar a la población de que busquen un refugio subterráneo.

En ese instante, Xabier Fortes pidió a Mijallo que corriese con el cámara a refugiarse y despidiese la conexión. Sin embargo, Mijallo le tranquilizó, asegurando «que en esto consiste mi trabajo». Así, el reportero se mostraba más preocupado de dónde podían caer los proyectiles para ir a cubrirlo que de su propia integridad física. Alma de reportero.

Segundos después, lo que sí hizo fue, junto a su compañero, colocarse el chaleco antibalas según indica el protocolo. Un instante que el mismo Mijallo ha bautizado en Twitter como «Momento chaleco», recordando que los reporteros no son los protagonistas del conflicto y que nada puede desviar nuestra atención del drama que viven los civiles ucranianos. Esta reflexión ha sido muy aplaudida en Twitter, como ejemplo del periodismo comprometido y de la responsabilidad que debe ejercer una televisión pública, como hace semanas era felicitado Carlos Franganillo por su trabajo desde la frontera polaca.