Entrevista
Omar Ayuso: "Me parece curioso verme identificado con los personajes del siglo XIX"
Los actores Omar Ayuso y Georgina Amorós protagonizan en español la ficción sonora de «Orgullo y prejuicio» de Audible
En 2025 se cumplen 250 años del nacimiento de Jane Austen. Sus obras se han convertido en inmortales, así como su capacidad para conectar con cualquier lector a través de más de dos siglos. Audible, empresa de Amazon y distribuidor mundial de contenido digital de entretenimiento en audio de calidad, presentó en el reciente Festival Internacional de Cine de San Sebastián la innovadora ficción sonora «Orgullo y prejuicio», basada en el clásico, y donde para la versión española contamos con Georgina Amoros como Elizabeth Bennet y Omar Ayuso en la voz del señor Darcy.
Omar, ¿cómo se enfrenta uno a armar un personaje en una ficción sonora? Y, ¿por qué dijo que sí al proyecto?
Pues se me ocurrió decir que sí precisamente por esa complejidad del personaje del señor Darcy. Es estúpido porque es una víctima de la masculinidad del siglo XIX. Que me imagino que sería mucho más dura que la que hay a día de hoy. Si ya a día de hoy la masculinidad hegemónica hace que los hombres muchas veces sean inexpresivos emocionalmente, parcos y un poco imbéciles, me imagino que en el siglo XIX mucho más. Que fuera víctima de eso me parece que lo carga de ternura, si consigues empatizar con él. Y leyendo la novela y la adaptación, que está muy bien hecha para nosotros para hacer la ficción sonora, yo sí conseguí ver esa otra parte del señor Darcy.
Georgina, esta no es su primera ficción sonora.
Realmente, la otra que hice era supercortita; eran como 20 páginas. Entonces, realmente sí que ha sido como la primera vez que me enfrentaba a esto de una forma más larga, porque al final son como siete, ocho capítulos como de media hora; es como una serie. Fue muy divertido porque fue como aprender a tocar otro instrumento, pero con tu propio cuerpo. Tenías que ver cómo contar todas las cosas solo con la voz. Y sí que es verdad, que siento que desde la adaptación de Audible, están muy bien escritos los diálogos. Definen muy bien a los personajes. No teníamos apoyo de narrador o de una voz; es una ficción sonora, no es un audiolibro: no se explican las cosas y lo tienes que contar todo a través de cómo dices las cosas y qué vocabulario utilizas. En ese sentido, con Elizabeth, la ironía y la audacia están muy bien contadas.
¿Cómo va a conseguir atrapar al espectador una obra que han traído del pasado a la actualidad?
Georgina: Creo que precisamente uno de los puntos fuertes de esta obra. Es del siglo XIX, pero es muy actual, en el sentido de que a todos nos puede interpelar el querer algo distinto a lo que se supone que tienes que hacer tú, o a lo que la sociedad espera de ti. Como tener tu propia voz y luchar por lo que realmente te importa más allá de lo que es lo seguro. Como en esa época era el matrimonio, tener una casa, y entonces tener a alguien que cuide de ti. Como puede ser hoy en día venir de una familia que toda la vida se ha dedicado a algo y tú quieres hacer una cosa distinta. Incluso hoy en día creo que es algo que nos sigue costando. Como ser artista. Todavía son profesiones que, cuando les dices a tus padres que quieres ser artista, a veces se reciben con un poquito de miedo a lo desconocido. Es algo que nos puede interpelar sea la época que sea. Creo que en su momento con Jane Austen fue lo revolucionario que fue: todo el tema del matrimonio, de una mujer que no se quisiera casar, que alzara la voz de la forma que lo hace, con la ironía que lo hace. Hoy en día creo que también eso es revolucionario.
Omar: La novedad del espectador, que en este caso es oyente, viene dada por el propio formato. Solo cuenta con el sentido del oído y el resto es imaginación. Si bien en su momento la novela fue revolucionaria, creo que lo interesante es ver cómo una novela del siglo XIX tiene temas que a día de hoy todavía están vigentes, como el condicionamiento de los prejuicios y de la clase social. Porque aunque ahora vivamos en un mundo en el que parece que no hay una división de clases sociales, sigue habiéndola. Lo primero que le preguntas a una persona cuando la conoces es a qué se dedica. Ahí ya estás poniendo una diferencia social; la estás etiquetando y ya la estás prejuiciando. Son muchísimas cosas: las redes sociales, la imagen que proyectamos, etcétera. Esa incapacidad para vincularnos por las ideas que tenemos los unos de los otros sigue estando a día de hoy. Leyendo la adaptación como ciudadano del siglo XXI, me veía identificado con muchas de las cosas que les pasan a los personajes.