En contra de la amnistía

Pérez-Reverte cuenta en 'El Hormiguero' por qué se declara fan de Pedro Sánchez: "Lo admiro"

El escritor cartagenero le aseguró a Pablo Motos que "el nacionalismo y la religión son los cánceres de la sociedad"

Pérez-Reverte cuenta en 'El Hormiguero' por qué se declara fan de Pedro Sánchez: "Lo admiro"
Pérez-Reverte cuenta en 'El Hormiguero' por qué se declara fan de Pedro Sánchez: "Lo admiro"Atresmedia

Venido al mundo hace 72 años en la cantonal Cartagena, por donde España echó a los Borbones, pareciera que Reverte murmura; su hablar entre dientes, que hacen de filtro de una mente hiperactiva como un motor revolucionado. Magro. Finísimo. Perfil de sirio. Mirada de halcón. Moreno de patrón del Mediterráneo. Rápidísimo con el estoque. Maestro de esgrima. Veterano de guerra. No hace prisioneros pero se muerde la lengua. ¿Vale más por lo que calla? Afrancesado aunque españolísimo de tasca, Manolo y taco. Conrad, Dumas, Balzac sabidos al dedillo. Se gusta. Don Arturo.

El escritorArturo Pérez-Reverte regresó anoche a 'El Hormiguero' con motivo de la reciente publicación de 'El problema final', su última novela. La historia traslada al lector al 1960, a un hotel en Utakos, cerca de Corfú. Allí nueve individuos quedan atrapados por un inesperado temporal. Más tarde, la muerte de una turista desencadena un misterio.

"Todo el mundo tiene muertos en el armario"

"Esta vez me di cuenta yendo a librerías que había una inundación de novela negra, y pensé si era posible todavía recuperar la novela negra de antes; las que eran de crímenes tranquilos, conversaciones, problemas difíciles de resolver. ¿Funcionaría para un público de ahora?, me pregunté. Y ese era el desafío", comentó el académico respecto al germen su flamante libro. "Mi desafío era retar al lector: a ver si me pillas", abundó.

Aclaró Reverte acto seguido la diferncia entre novela negra y policial: "La novela negra es la novela en sucia. El policial clásico es una novela más limpia y más tranquila, que exige más reflexión que acción".

¿Y cómo comprobó el padre de 'Alatriste' que funcionaba el libro? "Se lo envié a la editorial sin el último capítulo y nadie lo resolvió; eso me dejó tranquilo".

¿Tiene el protagonista de 'El problema final' algo de Pérez-Reverte?: "Cualquier novela es un elemento narrativo que hay que resolver; yo necesitaba un diálogo para ser canónico (como el de Sherlok Holmes con Watson), entonces me daba muchas posibilidades un español escritor de novela barata; es un error buscar al autor en la novela, porque es una manipulación, es una mentira; es un producto que cuando sale de ti ya no es tuyo, es del lector", reflexionó el autor de 'La piel del tambor'.

Una de las ideas-fuerza de la obra es que todo el mundo tiene algo que ocultar, ¿es cierto? "Todo el mundo tiene muertos en el armario. A medida que vas viviendo vas acumulando cadáveres, a veces sin querer. Es una de las partes malas de tener cierta edad: los muertos que tienes y que no merecían morir. Cuando tienes otra edad hay cosas que no ves, y actúas de una manera que no eres consciente de lo que estás haciendo. Hay que vivir con eso".

"Algunos libros de Agatha Christie son mejores que algunos de Dovstoieski", afirmó rotundo el escritor de Cartagena en defensa de la novela de género. "La receta para que una novela sea buena es que sea eficaz: da igual que sea una novela como 'La Cartuja de Parma' (de Stendhal) o una novela sencilla como 'El caso del loro perjuro'".

Reverte, que ha sido cura antes que fraile, conoce bien cómo se tiende una emboscada de su etapa como corresponsal de guerra: "Previendo el escenario; que el lector vaya cayendo en el lugar que tú lo quieres llegar. La ventaja del novelista que ha leído mucho es la capacidad para ponerte al otro lado, para tender la celada. Hay escritores jóvenes que no han leído lo suficiente".

Al hilo bélico, el autor de 'El maestro de esgrima' aseguró haber sacado amigos de la guerra: "Los momentos duros vinculan mucho; se crean unos vínculos que ya no se rompen mucho. Hay situaciones muy duras que sólo pasan algunos: los viste y te vieron en un momento en el que hiciste cosas extraordinarias, y eso une. Da igual que sean unos canallas."

"Soy fan de Pedro Sánchez"

Sin solución de continuidad, el escritor afirmó que: "El nacionalismo y la religión son los dos cánceres de la sociedad. Es lo que más corroe y fanatiza al ser humano".

Fue conciso el autor de 'Línea de Fuego' respecto a la amnistía: "Estoy contra la amnistía; me parece mal". No quiso hablar más al respecto. Eso sí, "Pedro Sánchez es un personaje fascinante. Es un pistolero, un tipo que no repara en nada. No ha leído un libro en su vida, estoy seguro de eso; pero tiene en las venas a Maquiavelo. Es valiente, es tenaz, es atrevido; no tiene escrúpulos ninguno. Es el personaje político más interesante de España y puede que de Europa".

"Está jugando de una manera inteligente con todos nosotros. Sánchez venderá a su madre, pero no la entrega; entrega la nuestra en vez de la suya, y además nos convence de que es la suya la que ha entregado. Pero para eso hay que valer. No hay enemigo a su altura; son todos unas moñas. Caerá solo cuando no tenga nada que vender", siguió Pérez-Reverte retratando al presidente del Gobierno.

"Yo en una novela colocaría a Sánchez de malo maquiavélico; me tiene fascinado por su aplomo, por su decaro, por su cinismo. No hay un tío como él. Soy un fan de Pedro Sánchez".

"Soy repúblicano; aunque, como español, monárquico en defensa propia"

Reverte, como siempre ha afirmado, se considera republicano, "pero a la vez soy español", y ahí es cuando entra la contradicción. "Una república necesita estar presidida por un presidente con nivel. Una república en manos de la infame clase política que tenemos a izquierda o derecha... Nosotros tenemos unos políticos analfabetos".

En conclusión: "Soy monárquico en defensa propia. Felipe VI es un tipo educado, sereno, culto; ama a España. Es una muy buena persona. Además es Grecia y no Borbón".

Al hilo, "he visto que la hija (Leonor) se parece más al padre que al abuelo". El escritor quiere "al menos una institución que no esté invadida por toda esa gentuza". Una morralla a la que a juicio del escritor de 'El club dumas' "tienen demasiado espacio en los telediarios; los encumbramos y se creen importantes. No sé ni cómo se atreven a hablar"

"En España vivimos en una eterna dicotomía desde los romanos. Lo que sí es cierto es que entre PP y PSOE suman más del 80% de los votos de los españoles; y lo que parece increíble es que esa pandilla de golfos no lleguen a unos acuerdos mínimos. Pero prefieren irse a los extremos", siguió el académico de la Lengua.

"El problema de España no es un problema político; es un problema de educación y de cultura; somos responsables todos, porque luego llega el domingo y nos vamos a tomar la cerveza y nos olvidamos", añadió.

Israel-Palestina: "Quien diga quiénes son los malos en este conflicto es tonto perdido"

"Israel es una democracia rodeada de regímenes teocráticos, y para sobrevivir tratan a sus vecinos como animales; lanzan ataques como los nazis hicieron con ellos. En la franja de Gaza están, por su voto y voluntad, bajo el yugo de Hamás. La mantanza de los kibutz la hicieron a sabiendas de la represalía: ellos querían enseñar en los telediarios niños palestinos muertos y lo han conseguido".

"Yo siento simpatía y antipatía por unos y por otros. Yo he estado allí. Y quien diga quién es el bueno o el malo en ese conflicto o es tonto perdido o se lo han explicado mal", aseveró rotundo el padre de 'Falcó'. "Israel no ha enseñado sus muertos, pero Palestina sí los ha enseñado. Y la imagen es muy importante".

"He cometido delitos de todo tipo en la guerra por supervivencia"

Al hilo de la guerra, sobre el tratamiento de la misma en los medios, aseguró Reverte: "Cuando yo estaba en Sarajevo quería que les afectase, cortarle la comida a los espectadores. Yo iba allí a enseñar, no opinar. Lo que no puedes hacer es recrearte en el morbo. Pero enseñar que el horror es el horror."

En Eritrea, al autor de ' El Asedio' le presentó un guerrillero un bote de orejas en almíbar: "Cuando estás en la guerra, hay cosas que te echan para atrás, pero que forman parte de un tejido y que te hacen asumirlo, te hacen aceptarlo".

"La guerra te permite que los sentimientos más bajos salgan fuera. Yo he cometido delitos de todo tipo en la guerra por supervivencia; cosas que jamás haría en la paz. No tengo la conciencia limpia como reportero, por eso era bueno."

En los conflictos, retomó: "Caen las barreras morales y sociales. Si no tienes una educacuón adecuada, puede sacar de ti lo peor. La guerra es el ser humano haciendo de ser humano; sin jueces, sin policía, sin trabas", continuó relatando el escritor de 'La tabla de Flandes'.

¿Dejaron tocados las guerras a el autor de 'El tango de la vieja guardia'? "Cuando has leído mucho y vas a la guerra, tú proyectas lo que has leído y lo interpretas. Las lecturas te permiten digerir lo que te rodea: son como un analgésico".

En definitiva, "lo bueno y lo malo que tengo se lo debo a los libros y a mis 21 años como corresponsal".

"A veces me siento desvinculado de la Academia"

Hubo tiempo también para que el artífice de 'El francotirador paciente' hablar de su papel como académico de la RAE, al estar de actualidad las nuevas palabras aceptadas por esta: "Hay un grupo de académicos que creemos que la Academia debe avisar, orientar, de vez en cuando que esto está mal dicho. Pero se impone la otra vertiente que piensa que hay que adaptarse a los vientos sociales y recoger las expresiones. Cuando la Academia hace eso, yo me siento un poco desvinculado".

"El lenguaje está para ser eficaz. Por eso estoy tan contrario de que me limiten el mensajes por razones políticas y no lingüísticas. ¿Cómo voy a escribir yo 'elles' y 'escaleres'?", sentenció.

Desgraciadamente hoy día los jovenes se vanaglorian de no leer: "Competimos con los videojuegos. Yo recomendaría que empiezen por Roal-Dhal o los Mortadelos de Ibáñez".