Estreno
Solo pura diversión en este edificio
Disney+ acaba de estrenar la 5ª temporada de la serie 'Solo asesinatos en el edificio', una de sus joyas, protagonizada por Steve Martin, Selena Gomez y Martin Short
Sentarse frente al televisor para ver cómo tres completos e histriónicos desconocidos graban en sus móviles los asesinatos más inverosímiles sucedidos siempre en el centenario edificio Arconia de Nueva York (en realidad es el The Belnord en la 86th con Broadway, en Manhattan) sigue siendo un placer culpable. Tras cuatro temporadas con iguales resultados, llega ahora una quinta entrega que acaba de estrenar Disney+ con sus tres primeros episodios, y que recupera el brillo inicial de nuestros detectives amateurs modernos más queridos: Charles-Haden Savage, Oliver Putnam y Mabel Mora.
En la cuarta temporada, que engancha directamente con esta tanda de 10 nuevos episodios, el Arconia había sido testigo de la resolución de la muerte de Sazz Pataki (Jane Lynch), al igual que lo fue en las anteriores de Ben Glenroy (Paul Rudd), Bunny Folger (Jayne Houdyshell) y Tim Kono (Julian Cihi); nuestros protagonistas recibieron la visita de Sofia Caccimelio (Téa Leoni) en busca de su marido mafioso desaparecido Nicky (Bobby Cannavale); Oliver y Loretta (Meryl Streep); y aparece el cuerpo del fiel y entrañable portero del edificio, Lester (Teddy Coluca), sumergido en la fuente del patio central. Todo está preparado a fuego lento para que surja un nuevo caso de los tres mosqueteros del Upper West Side de Nueva York. Por supuesto, la indignación de los protagonistas aumenta cuando la policía certifica que la muerte del hombre del 'usted primero' es accidental, ayudados en su motivación a investigar el caso cuando aparece un dedo cortado en el cóctel de gambas de las nupcias previas. Otro cadáver y un posible vínculo con la mafia vuelven a enredar la madeja y a poner batería al pódcast.
Esta temporada consigue apelar a la nostalgia que hizo grande esta serie tras alguna temporada más floja. Los guionistas se han vuelto a enfocar en aquello que nos hizo querer entrar en el edificio y seguir el hilo mientras se desenreda. Lo primero es que el Arconia vuelve a su antiguo esplendor. Vuelven todos los icónicos vecinos, como el raruno amante de los gatos Howard (Michael Cyril Creighton); la nueva administradora, Úrsula (Vanessa Aspillaga); el dudoso terapeuta, doctor Grover Stanley (Russell G. Jones); el exculpable Teddy Dimas (Nathan Lane) y su hijo culpable (James Caverly). Y se le vuelve a conceder al Arconia sus pasadizos secretos y cientos de cuartos desconocidos. En el segundo episodio, con una maravillosa narrativa y 'flashback', se ofrece la vida laboral de Lester desde que entró hace 35 años: un joven prometedor que conoció el trabajo duro y el amor entre las paredes de la mole urbana. Y lo que es más importante, que le abrió la puerta a las versiones más jóvenes de los vecinos que hoy nos colman con sus rarezas, o, al menos, cuando empezaban a tenerlas. El espectador establece un vínculo nuevo con cada secundario, e incluso con los protagonistas, demostrando la importancia del edificio y de Lester con todos ellos.
Por alusiones, Charles (Steve Martin), Mabel (Selena Gomez) y Oliver (Martin Short) son otro de los pilares de este revivir de 'Solo asesinatos en el edificio', puesto que vuelven a tomar las riendas de la narrativa, aunque para ello parezca que el podcast se desdibuje, sustituido por los siempre ácidos comentarios hacia la modernidad, la inteligencia artificial y cualquier cosa en la que Charles y Oliver puedan vivir desfasados. Cada uno volverá a tener un hilo argumental propio que les enriquecerá y nos hará sufrir con ellos para volver a ver cómo crecen cuando se juntan, se ríen y hacen autopsias. Vuelve el 'whodunit', la serie policiaca y de crímenes, la sátira a las redes sociales, los diálogos irresistibles y divertidos, las locas situaciones con gags físicos, las excentricidades de Oliver (vía salsas), la agudeza y los complejos de Mabel (vía examiga y ático) y los amoríos viejoverdescos de Charles.
'Solo asesinatos en el edificio' da la impresión de que no va a terminarse nunca y no importa. Mientras no demuestre grandes ínfulas y admita sus propios errores, será una serie cómoda y agradable de ver, de sentarse y solo disfrutar. Sus escenas absurdas, sus luchas intergeneracionales y sobre los neoyorquinos, sus temas disimulados pero no censurados y su intento por darnos un rato alegre son y serán su mayor triunfo duren las temporadas que duren. Es cierto que más de cinco (o seis) muertes en el edificio ya empiezan a oler, pero de momento a los creadores (John Hoffman y Steve Martin) se les siguen ocurriendo maneras de que queramos 'Solo asesinatos en el edificio'.