Cargando...

Entrevista

Supremme de Luxe: «Lo que incomoda está bien, te obliga a abrir los ojos»

«Drag Race España» regresa este domingo 28 de septiembre a atresplayer con una nueva generación de reinas y con más premios, emoción y diversidad que nunca

Supremme de Luxe: «Lo que incomoda está bien, te obliga a abrir los ojos» Atresmedia

Con cuatro temporadas a sus espaldas, «Drag Race España» no solo ha consolidado un formato televisivo de éxito, sino que ha impulsado una conversación cultural imprescindible. Al frente del programa sigue Supremme de Luxe, que en esta nueva edición —la más ambiciosa hasta la fecha— acompaña a una nueva generación de reinas dispuestas a hacer historia. Con serenidad, sentido del humor y una conciencia clara de lo que representa este fenómeno en la sociedad española, Supremme conversa con LA RAZÓN sobre visibilidad, prejuicios, talento y el poder transformador del drag.

¿Cómo recibe el arranque de esta nueva edición de «Drag Race España»?

Con ilusión. La presentación de las reinas, el «Meet the Queens», fue el contenido más visto de la historia del programa. Eso ya nos da una pista: cada temporada crece en visibilidad, en audiencia, en impacto en redes… y eso nos dice que el formato sigue en muy buen momento. Tiene buena salud y nosotras estamos muy felices de continuar.

¿A qué se debe ese éxito sostenido?

Creo que porque aquí se hace con cariño. Desde las concursantes hasta el equipo técnico, hay mucha implicación personal. La mayoría de la gente que está involucrada en el programa está ahí porque quiere hacer «Drag Race», porque cree en lo que representa y lo vive con mucha pasión. Ese amor se nota en pantalla. La factura del programa es buena porque todo el mundo está comprometido.

¿Cree que la apuesta de atresplayer ha sido clave?

Sí, sin duda. Atresmedia ha contribuido muchísimo creando un entorno que permite que estas historias se cuenten. Series como «Veneno» o espacios como este han abierto camino. Han generado una atmósfera en la que mostrar realidades diversas no solo es posible, sino necesario. Y eso facilita que programas como «Drag Race España» tengan impacto.

¿Qué le dice a quienes critican que hoy hay «demasiada visibilidad»?

Que no es verdad. Lo que pasa es que ahora se muestra lo que siempre ha existido. Personas trans, homosexuales, no binarias, migrantes… han estado ahí desde siempre. Simplemente no se enseñaban. La realidad es diversa, aunque durante años la televisión solo mostró una parte muy pequeña de ella. Lo que incomoda está bien: es lo que te obliga a abrir los ojos, salir de tu zona de confort, mirar más allá de lo que conoces.

¿Por qué el drag, en particular, sigue despertando tanto rechazo en algunos sectores?

Porque es más visible, más rotundo. Hay gente que dice: «Acepto un personaje gay o una lesbiana, pero el drag me cuesta». Claro, porque el drag interpela, cuestiona, remueve. Pero por eso mismo es importante. El drag te saca de lo cómodo. No está para agradar, sino para expresarse. Y eso incomoda, pero es lo que provoca el cambio.

¿Sintió que su paso por «Tu cara me suena» ayudó a derribar barreras?

La verdad es que no lo viví como una ruptura. Hice mi trabajo, con ilusión, con compromiso. Y si alguien cambió su forma de ver el mundo después de verme ahí, pues estupendo. Pero no siento que yo derribara ningún muro. La gente derribó los suyos. Yo me limité a cantar, imitar y trabajar como siempre he hecho.

¿Qué destaca del casting de esta quinta edición?

Que es muy variado y talentoso. En España el drag es tremendamente diverso, y eso se refleja en cada edición. Aquí siempre han convivido muy bien las distintas tendencias. No hay un único modelo. Hay propuestas muy diferentes, y eso enriquece muchísimo el programa. Además, esta edición tiene mucha emoción, muchas ganas de mostrar lo que cada una es. Yo me siento muy orgullosa del nivel que hay.

¿Y qué hay del corazón? Se ha hablado mucho de eso…

Solo puedo decir que juega un papel muy importante. No es una metáfora: va a cambiar las dinámicas del programa. En los primeros 10 minutos del primer capítulo se va a entender perfectamente. Y a partir de ahí, todo se transforma. No puedo contar más, pero creo que va a sorprender mucho.

¿Cree que el fenómeno drag está llegando a otros formatos más allá del programa?

Todavía falta. El paso siguiente es que nos llamen a otros espacios sin que sea noticia. No porque seamos drags, sino porque somos artistas. Yo he ido muchas veces a «Pasapalabra», y la primera vez fue como un escándalo: «una drag en un concurso de televisión». Hoy ya voy y no pasa nada. Eso es lo que queremos: cotidianidad, presencia sin exotismo.