Coronavirus

Cristina Sánchez: “Se me hace muy complicado estar lejos de mi hijo mayor y mi padre, al que hago mucha falta”

Pasa el confinamiento en Portugal, con su marido y su hijo pequeño

Cristina Sánchez, de confinamiento
Cristina Sánchez, de confinamientoLa Razón

Tiene el corazón dividido. Quizá de siempre. España y Portugal. Pero hoy más que nunca. Su tierra y la de su marido, Alejandro. Cuando las cosas comenzaron a ponerse feas tuvo que elegir y optó por viajar a Portugal para poder atender los negocios familiares y desde entonces están allí cumpliendo el confinamiento. “Todo esto pesa. Aquí estoy con Alejandro y mi hijo pequeño, pero se me hace muy difícil estar lejos del mayor, intentamos que se viniera, pero ya las cosas se pusieron muy complicadas en la frontera, y no poder estar cerca de mi padre, que ahora tanto nos necesita. Están solos en su casa, mis padres, como les pasa a tantos, a pesar de que tengo otras tres hermanas allí. Todos los días nos conectamos todos, es la manera de sentirnos cerca, comentarnos el día... Vemos que estamos bien... Ayuda para llevar la infinita preocupación sanitaria y lo que vendrá después”, admite Cristina.

Acostumbrada a un ritmo de vida bastante activo, se está adaptando a esta nueva dinámica y para ello se va organizando una rutina alternativa que le haga más liviano el confinamiento: “Por la mañana procuro organizar la casa, hacer la comida, atender las llamadas... Comemos y luego tengo una hora de lectura. Mi hijo tiene también sus tareas hasta después de comer. Hemos comprado un puzle y le dedicamos luego un buen rato. Hacemos ejercicio, película y a acostar”.

De pronto esta parada en seco nos obliga a pensar y poner las ideas en orden. “Supongo que todo esto pasará, en más o menos tiempo, pero es curioso que ha venido a una sociedad en la que tenemos todo, que nos creemos más listos que nadie y de alguna manera invulnerables y mira se lleva vidas por delante y nos desborda. Tenemos que confiar en nosotros y que nos sirva para ponernos las pilas. Viviremos un reajuste muy grande por un tiempo y nos obligará a adaptarnos”, admite Cristina.