Festejos

Un rotundo Emilio de Justo corta tres orejas en Soria

Juan Ortega, que desempolvó su excelso toreo, no redondeó por la espada y Diego Urdiales dejó también para el recuerdo una exquisita faena al cuarto toro

MADRID, 04/07/2021.- El diestro Emilio de Justo en su faena al tercero de su lote durante la "Corrida de la cultura"
MADRID, 04/07/2021.- El diestro Emilio de Justo en su faena al tercero de su lote durante la "Corrida de la cultura"Chema MoyaEFE

Volvían los toros a Soria tras un año en blanco por la pandemia, y lo hacía en una fecha totalmente inédita, en pleno mes de julio y no por sus tradicionales fiestas de San Juan, y con un cartel de relumbrón, de los más atractivos que pueden conformarse en la actualidad, con tres toreros con sello propio y a los que da gusto siempre ver: Diego Urdiales, Emilio de Justo y Juan Ortega.

Al final la tarde se la llevó Emilio de Justo, que sigue imparable y suma un triunfo más a un momento en el que lo ve clarísimo y en el que no hay plaza que se le resista.

El triunfo de hoy estuvo avalado por su solidez, su concepto poderoso y sin alharacas y, sobre todo, por su eficacia con la espada, así le cortó ya una oreja al segundo, un toro con la raza medida, que no humilló y le costaba ir hasta el final del muleta, pero al que el extremeño acabó metiendo en el canasto tras una labor de mucha superioridad.

El lío gordo vino con el quinto, un buen toro de Román Sorando al que De Justo compactó una importante faena, en la que las tandas sobre ambas manos brotaron con mucha intensidad, con mucho mando, ritmo y emoción. La estocada final fue crucial para la concesión del doble trofeo, alzándose finalmente como el máximo triunfador de la tarde.

Pero los compañeros de cartel no le fueron a la zaga, especialmente Juan Ortega, que nuevamente dejó escapar un triunfo grande por culpa de su mala espada, una asignatura que sigue suspendiendo y que le deja explotar del todo a pesar del magnífico concepto que atesora.

Y es que a sus dos toros los toreó como los ángeles, con una suavidad, un gusto y una pureza extraordinaria. Tiene este torero ese don innato que solo poseen los elegidos, con ese duende que brota a orillas del Guadalquivir. Qué bien lo hizo todo Ortega, que de cuatro orejones que tenía prácticamente cortados tuvo que conformarse con un solitario trofeo, ya está dicho, por no matar como Dios manda.

Completaba el cartel el riojano Diego Urdiales, que estuvo por encima de la apagada, insulsa y desabrida condición del toro que abrió plaza, y que acabó cortando una oreja de peso al cuarto, también en el límite de la raza y de las fuerzas, pero al que le fue robando auténticas pinturas de una en una a lo largo de una faena que aunó pureza, verdad y conocimientos.

FICHA DEL FESTEJO.-

Seis toros de Román Sorando, desiguales de presentación y juego. Los mejores, segundo, tercero y sexto.

Diego Urdiales, ovación y oreja.

Emilio de Justo, oreja y dos orejas.

Juan Ortega, gran ovación tras aviso y oreja.

La plaza registró tres cuartos de entrada sobre el aforo permitido. EFE