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Emilio de Justo: "Una encerrona no es un reto de cortar orejas"

El cacereño matará este sábado seis victorinos en la localidad gala de Dax. Una gesta que afronta como un «homenaje», ya no busca reivindicarse. Volverá a la Feria de Otoño tras su triunfo en 2018.

Foto: Luis Díaz
Foto: Luis Díazlarazon

El cacereño matará este sábado seis victorinos en la localidad gala de Dax. Una gesta que afronta como un «homenaje», ya no busca reivindicarse. Volverá a la Feria de Otoño tras su triunfo en 2018.

Casi todo ha cambiado para Emilio de Justo en los últimos dos años. Una trayectoria ascendente, que sí que conserva dos de sus pilares, Francia y la ganadería de Victorino Martín, en los que ha forjado su resurgir. El diestro llega a su encerrona en Dax reforzado como uno de los alicientes del escalafón con grandes actuaciones en Madrid, Sevilla o Bilbao, donde un toro le sesgó la oreja. Emilio ha tenido que superar todo tipo de percances, durante este año y los anteriores, para estar ahora ocupando el puesto de Roca Rey en Albacete o Valladild.

–¿Qué es lo que empuja a alguien a encerrarse con seis victorinos cuando no lo hace la necesidad?

–El agradecimiento. Después de triunfar dos años seguidos allí con Victorino algo me dijo que necesitaba hacer una apuesta importante con este hierro. Han sido el país y la ganadería que me han hecho resurgir como torero. Es un homenaje a su afición y a Victorino Martín.

–El lema de su campaña para esta cita es «El tiempo es justo», ¿de verdad lo cree así?

–Sí, esta frase viene a darme la razón, es en lo que creí durante todos esos años en los que casi no toreaba. La disciplina y la fe en mí mismo han hecho que la recompensa haya llegado. Es la segunda vez que hago este tipo de gesta, (lo hizo hace unos años en Hervás, Cáceres), pero era un momento en el que necesitaba reivindicarme.

–-¿Seis toros pueden convertirse en una pesadilla?

–Ya me empieza a costar dormir (se ríe). Será una tarde de emociones fuertes, pero intento tomármelo con calma, no es un reto de cortar orejas. Trato de no obsesionarme.

-Este año ha tenido importantes actuaciones en Sevilla, Madrid y Bilbao, donde cortó una oreja. ¿Le queda la espina de no haber redondeado algún triunfo?

–Estoy satisfecho, sobre todo teniendo en cuenta que me han cogido los toros. En Vistalegre me partí el escafoides y en Cáceres la clavícula. Se me puso la temporada cuesta arriba, perdí bastantes contratos. Pero desde que me recuperé, aunque igual me ha faltado una Puerta Grande de más repercusión, he estado a un gran nivel en todos sitios.

–Después de lo que le ha costado abrirse camino, ¿se le hace raro rechazar contratos en las grandes ferias?

–Me habría encantado estar en más ciclos importantes, pero también es importante ir a gusto y en las que estoy pisando me están permitiendo entregarme en cuerpo y alma. Lo demás llegará.

–¿Cuál es su prioridad para aceptar un cartel?

–He demostrado que tengo la capacidad de abrirme a todo tipo de encaste, por eso solo me preocupa que se le dé importancia a esa tarde.

–¿Le obsesiona que le consideren figura?

–No, eso todavía está muy lejos. Pero es cierto que poco a poco y con paso firme voy avanzando para poder llegar a serlo.

–¿Uno se mantiene agradecido a aquellas plazas que contaron con él cuando no tenía tanto nombre?

–Por supuesto. Estoy agradecido a mi tierra, a Extremadura, a Cáceres y a todos los pueblos que me permitieron seguir creyendo en mí.

–Tras su triunfo del año pasado vuelve a la Feria de Otoño, en la despedida de El Cid.

–Es un cartel que me motiva mucho, me siento muy identificado con El Cid. Ha tenido una carrera muy de verdad, le costó mucho hacerse un hueco y ambos estamos marcados por el hierro de Victorino. Ojalá este año pueda repetirse lo del anterior, fue un sueño. Me acordé de todo lo que había sufrido.