Sevilla

Padilla, en Ciclón en La Maestranza

El jerezano corta una oreja y da una vuelta al ruedo combinando entrega y torería con un desigual encierro de Torrestrella en la décima de feria

El diestro jerezano da una larga cambiada al primero, al que recibió a portagayola
El diestro jerezano da una larga cambiada al primero, al que recibió a portagayolalarazon

La Maestranza (Sevilla). Décima de la Feria de Abril. Se lidiaron toros de Torrestrella, bien presentados. Manejables, pero sin terminar de romper. Desarrollaron más complicaciones, 1º y 6º. Dos tercios largos de entrada.

El Cordobés, de purísima y oro, pinchazo, estocada casi entera (silencio); pinchazo, estocada (silencio). Juan José Padilla, de grana y oro, pinchazo, estocada (vuelta al ruedo tras petición); estocada (oreja). El Fandi, de barquillo y oro, estocada (silencio); estocada (saludos).

Respondió el público a la terna de mediáticos en la décima de la Feria de Abril y correspondieron El Fandi y, sobre todo, Juan José Padilla, que pasó como un «Ciclón» de torería por La Maestranza para cortar una oreja, aunque pudo caer otra más en el primero. Y es que una tarde más, Padilla fue un torrente de disposición y ganas. Argumentos que tienen premio en cualquier plaza, incluida Sevilla. Conectó pronto y de manera prolongada con los tendidos, desde que se fue a portagayola para recibir a su primer «Torrestrella». Otra larga cambiada más junto a tablas. Variedad después con el capote. Espectacular, como siempre, con las banderillas. En los medios, por los adentros y al violín para armar un gran tercio. En el animal, que mostró buen son y codicia hasta ese momento, cambió en el último tercio. Se fue apagando y mirando descaradamente las tablas. El jerezano hizo el esfuerzo y en «Ciclón» le dio fiesta combinando vibración y relajación. El público se lo agradeció con una vuelta al doble anillo y, de no pinchar, seguramente hubiera paseado una oreja. Logró dicho trofeo tras una excelente faena al quinto. No dejó escapar ninguna embestida de su noble oponente desde que se abrió de capote, con el que hubo variedad nuevamente. Se lució con los garapuyos de poder a poder y cuajó después con la franela tandas de muletazos de excelente trazo y afinada transmisión con el tendido, sobre todo, sobre la diestra. No quiso que se le escapara el triunfo y lo consiguió por méritos propios.

Antes, Manuel Díaz «El Cordobés» cumplió en los lances de recibo al primero. Abrevió después, ante la sorpresa de todos, cuando tomó la muleta. Al toro le costó desplazarse y cuando embistió lo hizo siempre a la defensiva, por lo que el torero no se mostró cómodo y optó por desistir a las primeras de cambio. Tampoco vio claro al cuarto, que tuvo nobleza, aunque se fue apagando. El torero lo pasó por alto y luego sobre la diestra sin creérselo. Después volvió a abortar su labor.

Ofreció todo su repertorio característico El Fandi. Variado y suelto con el capote, entusiasmó en banderillas, que abrió con la «moviola» y cerró con el 2 en 1, es decir, dos pares aprovechando el viaje. Su faena tuvo un buen comienzo en el toreo en redondo tras citar de lejos con ambas rodillas en tierra. Sobre este mismo pitón surgieron los mejores momentos. Al tomar la izquierda, el toro sacó complicaciones y ya el granadino no pudo completar su labor. Faltó empuje y clase al de Torrestrella. Tampoco colaboró el sexto, que apretó en sus embestidas, llevó la cara y sacó complicaciones para el torero. No obstante, porfió El Fandi, muy centrado, con la pañosa. Vistoso en todos los tercios, más no cabía. Saludó una justa ovación.